El Gobierno de Brasil informó este lunes que pidió explicaciones "rápidas" y "por escrito" a Estados Unidos, por la denuncia de que sus servicios de inteligencia conocían el contenido de conversaciones telefónicas y correos electrónicos que la presidenta Dilma Rouseff intercambiaba con sus asesores.
El canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, explicó que esta exigencia le fue planteada al embajador de Estados Unidos en Brasil, Thomas Shannon, quien fue convocado inmediatamente luego de conocer los documentos sobre el espionaje a la mandataria brasileña. "Transmití la indignación del Gobierno brasileño con estos hechos" y "manifesté que la violación de las comunicaciones de la presidenta es inadmisible, inaceptable, y constituye una violación de la soberanía brasileña", declaró.
El ministro de Justicia, José Eduardo Cardoso, también participó en la rueda de prensa y afirmó que este caso de espionaje es "mucho más inaceptable" porque la víctima fue la jefa de Estado, pero además porque fue realizado por un "país amigo".
Cardoso aclaró que el Gobierno brasileño se mantendrá a la espera de las nuevas explicaciones que ha pedido y luego decidirá qué tipo de respuesta dará a esta situación. Sin embargo, aseguró que insistirá en llevar ese asunto a "todos los foros internacionales" y propondrá "normas globales para garantizar la privacidad" de los ciudadanos, de las empresas y más aún de las autoridades, debido a anteriores denuncias sobre el espionaje estadounidense en Brasil.