"Dijeron que yo no iba a poder recorrer el país, 'ese va a estar encerrado en Miraflores en una campaña virtual, por Twitter y vídeo', dijeron y se burlaron de mí como les dio la gana", indicó Chávez, en relación a los comentarios de opositores que no confiaban en que se iba a recuperar.
"Pero ahora yo ando recorriendo el país, estoy comenzando apenas", señaló el mandatario, que está próximo a cumplir 58 años y se ha esforzado en demostrar que sus problemas de salud son cosa del pasado.
El militar retirado volvió el jueves a las tarimas de la ciudad oriental de Barcelona, en la primera de varias giras planeadas hasta las elecciones del 7 de octubre. Así, ni el aguacero logró dispersar a la decenas de miles de seguidores que lo esperaron durante toda la tarde.
Sus partidarios se comenzaron a congregar hasta seis horas antes del evento, programado para las cinco de la tarde y fueron abastecidos por militares de agua, pancartas y globos, hecho duramente criticado por la oposición.
"Estoy en la calle otra vez, gracias a Dios, después de todo lo que he pasado en el último año. Es un milagro", dijo el líder, quien lucía su característica boina roja, ante decenas de miles de seguidores.
"Ha vuelto el huracán bolivariano", agregó en referencia al héroe decimonónico Simón Bolívar a quien admira y en quien inspira su "revolución socialista".
En vez de caminar entre la multitud, Chávez llegó a la cita a bordo de un camión regalando besos y llevándose la mano al corazón. Hacia el final de la concentración, lanzó su bufanda amarilla al público que se abalanzó para recogerla.