El arte se presenta de muchas formas, incluso como una mano gigante -y un más que explícito dedo corazón levantado- que insulta al Gobierno de la República Checa, en Praga.
Eso es lo que hizo el artista local David Cerny, quien expuso una escultura gigante de una mano violeta con el dedo corazón apuntando hacia el cielo frente al palacio presidencial.
La instalación, que fue desplegada en el río Moldava, muy cerca del conocido Puente de Carlos, claramente busca darle un mensaje al presidente Milos Zeman, sin embargo, no hay mucha información respecto a las motivaciones del artista.
Cerny sólo ha dicho que el gesto habla por sí mismo y que lo importante es saber la dirección a la que apunta la controversial escultura.
La intervención artística, que mide 10 metros de altura, fue instalada cuatro días antes de las elecciones parlamentarias que se realizarán en el país centroeuropeo.