Hace casi una década Rachel Corrie, una joven estadounidense y activista pro palestina, murió luego de ser arrollada por una retroexcavadora en la franja de Gaza. Este martes, casi diez años después de la tragedia, una corte israelí exculpó al Estado y negó el pago de una indemnización a la familia.
La familia de la joven de 23 años, que murió cuando intentaba detener la demolición de viviendas palestinas en la localidad de Rafah en el año 2003, interpuso una demanda civil contra el Estado de Israel, luego que una investigación militar exculpara al ejército.
Sin embargo, el fallo del tribunal desestimó la demanda y calificó la muerte de Corrie como un "accidente lamentable". Determinó, además, que el ejército no tuvo responsabilidades en el hecho debido a que se encontraban en "tiempos de guerra".
El Juez Oded Gershon fue más allá e insinuó que la joven activista podría haber haber evitado la muerte. "Ella no se alejó de la zona como lo hubiera hecho cualquier persona razonable", señaló el magistrado durante la lectura del fallo.
La familia de Rachel dijo estar decepcionada con el veredicto y señaló que la justicia israelí busca blindar al ejército. "Estamos muy tristes y profundamente preocupados por lo que hemos escuchado hoy. Creemos que esto fue un mal día, no sólo para nuestra familia, sino que , también, para los derechos humanos, la humanidad, así como también para el Estado de Israel", dijo la madre de Rachel, Cindy.
Según el tribunal, la muerte de Corrie no fue "un acto intencional" y señaló que los soldados que participaron de la misión de demoler las casas para evitar que guerrilleros la utilizaran como refugio hicieron todo sus esfuerzo para evitar que gente externa estuviera en la zona. Agregó, además, que la visibilidad del lugar era pobre.
La familia de Corrie dijo que apelará a la decisión del tribunal.