Entre 10 y 15 cm de nieve han caído sobre la capital de Israel, en la mayor nevada sufrida en dos décadas en el país, según afirmaron las autoridades.
La ciudad amaneció teñida de blanco, dejando inigualables postales y preciosas imágenes de la ciudad santa, en sus rincones más reconocibles.
A pesar de la belleza de las imágenes, Jerusalén sufre las consecuencias de un temporal de frío, que obligó a cerrar los colegios y jardines de infancia y ha impedido a multitud de comercios y oficinas abrir al público ante la imposibilidad de los trabajadores de llegar a sus puestos de trabajo.
Los transportes públicos también fueron suspendidos, y las calles permanecen casi desiertas, ante el aviso de las autoridades a la población para que no abandonen sus hogares.
Desde el miércoles, unas 70 personas que resultaron heridas como consecuencia del temporal y una decena de vehículos necesitaron ser remolcados tras quedar atrapados en la nieve.
Se espera que la tormenta empeore y registre su peor momento durante el viernes.