Shana Grice, una joven británica de 19 años fue degollada por su ex pareja Michael Lane, en Portslade, cerca de Brighton, Reino Unido, luego de haberlo denunciado a la policía en cinco ocasiones, en los últimos seis meses.
La mujer habría pedido protección ya que Lane habría puesto hasta un rastreador en su auto para poder seguirla y controlarla.
Sin embargo, las autoridades le impusieron a la mujer una multa de 90 libras -cerca de 77 mil pesos chilenos- por "hacerles perder su tiempo".
En julio de 2016, Lane habría usado una llave robada para entrar al dormitorio de Shana mientras ella dormía, un mes después la mató degollándola porque se había enterado que estaba en una nueva relación. Posterior al crimen incendió su habitación.
El hombre de 27 años fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de su ex pareja en marzo de 2017. Por su parte, los oficiales que ignoraron las advertencias de Shana, enfrentarán medidas disciplinarias.
Esta semana, la policía de Sussex pidió disculpas a la familia de la víctima a través de un comunicado, sin embargo, los padres respondieron que ya era muy tarde.
"Nuestra a hija transmitió sus preocupaciones a la policía, pero en lugar de ser protegida fue tratada como una criminal. Ella pagó con su vida la falta de capacitación, cuidado y mala actitud del cuerpo policial", explicaron a través de una declaración.