A ocho kilómetros del límite entre Chile y Perú está Villa La Frontera, comunidad de 300 habitantes emplazada en donde por estos días viven chilenos y turistas.
Mónica Valdés y Fernanda Casanueva, madre e hija respectivamente, viven hace cuatro años en el lugar luego que dejaran Santiago para buscar tranquilidad, la misma que esperan mantener tras el fallo de La Haya.
"Da pena saber que van a empezar conflictos nuevamente. No conflictos bélicos, pero sí conflicto de pensamiento, de razonamiento", dice Mónica.
Por su parte, Fernanda agrega: "Me siento especial porque no es fácil ser la primera niña más cerca de la frontera".
Unos metros más allá, hay turistas que aprovechan de bañarse en la piscina.
"Nadie está pensando en eso, todos tranquilos", dice unos de los turistas.
Así, en la Villa La Frontera esperan con tranquilidad el dictamen que se dará a varios miles de kilómetros de distancia.
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