Desde España el rescate de Julen, el menor que cayó a un pozo hace diez días, se sigue atentamente desde que se iniciaron las obras de ingeniería para extreaer toneladas de material y poder alcanzar al menor.
Los mejores especialistas se presentaron en la emergencia, siendo intensas las labores de rescate. Saben que mientras más tarden menos son las posibilidades de encontrar al pequeño.
Uno de los rescatistas contó, a través de una carta abierta publicada por DiarioSur, cómo han sido estas arduas faenas que tienen como fin llegar al menor.
Se trata de un guardia civil que fue uno de los primeros en llegar. "Decir que por cuestiones de cercanía, fui uno de los que abandonó a su familia con el plato en la mesa aquel fatídico domingo día 13. Recuerdo que la llamada que realicé a mi esposa un rato más tarde fue 'no me esperes ni para cenar, esto va para largo".
El rescatista asegura que no olvidará "el escalofrío caluroso y las palpitaciones de mi corazón visualizando la pantalla de la cámara en su recorrido, intento tras intento, pues aunque mi deseo era ver a Julen. (...) Por desgracia, todo ese esfuerzo sirvió de poco."
Tras más de una semana de trabajo, el hombre se sincera respecto al cansancio: "Para qué negarlo, nos encontramos con el cuerpo cortado pero con el corazón intacto y voluntad nos sobra."
Con ese ímpetu final, el rescatista se despide dejando bien en claro el compromiso de toda la Guardia Civil española con el caso.
"Visto lo visto, España puede estar tranquila, porque sus Bomberos, personal GREA del 112, Protección Civil, personal civil facultativo, psicólogos, y por su puesto, su Guardia Civil JAMÁS PARARÁN HASTA DEVOLVER A JULEN A SUS PADRES, eso tenedlo por seguro. (...)Desde Totalan sentimos el aliento de España entera, os lo aseguro, sentid vosotros el nuestro y contad siempre con nosotros".