Al menos cincos personas heridas dejó un ataque explosivo perpetrado contra un autobús al este de la ciudad de Naser, en Egipto.
El atentado, en el que fue utilizada una bomba de factura casera, ocurrió en la localidad ubicada al este de El Cairo y no habría causado un gran estallido.
Según fuentes de seguridad, durante esta jornada se encontraron bombas en zonas cercanas a la sede de Seguridad Nacional, una comisaría y en un lugar cercano a la Universidad de Al Azhar.
Este ataque ocurre un día después de que un grupo yihadista islámico se adjudicara un atentado perpetrado al interior de una sede policía en la provincia de Dakahliya, en el que trece efectivos perdieron la vida.
En un comunicado difundido a través de la web, la agrupación, identificada como Ansar Beit al Maqdis, explicó que el ataque fue realzado "en respuesta a las prácticas del régimen apóstata que lucha contra la ley islámica, derrama la sangre de los musulmanes y viola el honor de nuestras mujeres y hermanas".
Con este giro en los enfrentamientos entre musulmanes y oficialistas, la crisis en Egipto podría aumentar su nivel de violencia, sobre todo, porque el grupo yihadista hizo un llamado público a que las fuerzas de seguridad dejen de luchar contra el Islam.
Todo esto, en el marco de la denominación terrorista que le otorgó el Gobierno militar al partido de los Hermanos Musulmanes.
Los próximos objetivos del grupo podrían ser sedes militares y otros recintos de seguridad.
Este no es el primer ataque que realiza la agrupación, cuyo nombre puede ser traducido como “Partidarios de Jerusalén”.
Tras la caída de Mohamed Mursi, la agrupación se atribuyó la responsabilidad de varios de los ataques, como el intento fallido de matar al ministro del Interior en septiembre.