Mientras la violencia persiste en Siria, las amenazas también crecen. Ante la posibilidad de que el gobierno de Bashar al Asad utilice armas químicas para batallar a los rebeldes y posibles intervenciones extranjeras, la Liga Árabe respondió asegurando que el dictador "tiene los días contados".
"No puedo determinar una fecha, pero el régimen no puede continuar mucho tiempo más", señaló jefe de la organización árabe, Nabil Elaraby, al diario panárabe al-Hayat.
Elaraby también dijo que el tiempo de hablar de reforma política había terminado. "Ya no hay diálogo sobre reforma política, sino sobre un traspaso de poder", sostuvo.
Los ministros de la Liga Árabe se reunieron el domingo en Doha y pidieron a Asad que entregue el poder, añadiendo que la organización lo ayudaría a conseguir una salida segura para él y su familia.
Sin embargo, Damasco aseguró que estaban dispuestos a usar armas químicas para responder a "una agresión externa". La amenaza caló hondo en la comunidad internacional, que mira con preocupación la situación en el país.
El Consejo de Seguridad de la ONU no ha podido presionar a Siria ni detener el conflicto gracias al poder de veto de China y Rusia. Por esto, Elaraby dijo que pronto viajará a ambos países con el primer ministro de Qatar, el jeque Hamad bin Jassim al-Thani, que preside el comité de la Liga Árabe para Siria.
"Nuestro mensaje a los rusos será, con claridad y honestidad, que la decisión de veto que adoptaron va contra los intereses árabes. Esperamos que revisen la cuestión, especialmente cuando saben que los días del actual régimen de Siria están contados", dijo.
Elaraby también urgió a la oposición siria a unirse y formar un gobierno de transición.
En tanto, el primer ministro turco, Tayyip Erdogan, dijo que la revuelta popular contra Asad está "más cerca que nunca de la victoria" y advirtió que Turquía responderá con firmeza a cualquier hostilidad por parte de Siria.
Turquía, que también ha pedido la renuncia del presidente Asad tras su fracaso a la hora de introducir reformas, ha dado cobijo a los rebeldes sirios y a decenas de miles de refugiados a lo largo de su frontera con el país.
Las tensiones entre los dos países, que previamente tuvieron buenas relaciones diplomáticas, se agudizaron el mes pasado cuando un avión de combate turco fue derribado por las defensas aéreas sirias.
Ankara incrementó acto seguido su presencia militar, enviando misiles antiaéreos y aviones a la frontera.
Información: 24horas.cl/Agencia Reuters