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Oslo se manifiesta contra Breivik

Miles de personas defienden la multiculturalidad ante el tribunal que le juzga.

Mariángel Calderón

Jueves 26 de abril de 2012

Voces de todo Noruega se reunieron con un solo objetivo: hacer que Anders Berhing Breivik, el responsable de la muerte de 77 personas, escuchara cómo un país puede ser un ejemplo de tolerancia y multiculturalismo. Para lograr su cometido unas 40.000 personas se congregaron el jueves cerca de la corte donde se realiza el juicio contra el llamado "Carnicero de Oslo", para entonar una popular canción infantil ridiculizada por el criminal ultraderechista.

"Somos nosotros los que ganamos", dijo el cantante Lillebjoern Nilsen mientras encabezaba el concierto masivo que reunió a una multitud que, a pesar, de la lluvia, honró a las víctimas con rosas y lágrimas.

La protesta pacífica tuvo lugar tras varios días de testimonios desafiantes de Breivik, quien admitió haber matado a sus víctimas en un sangriento ataque dentro de la sociedad multicultural de Noruega, pero que negó culpa criminal y aseguró que había perpetrado los actos en defensa propia.

La multitud escogió cantar "Children of the Rainbow", una canción que ensalza el tipo de sociedad multicultural que Breivik dijo que desprecia, y cuya letra fue calificada específicamente por él durante el juicio como propaganda marxista. Los manifestantes marcharon posteriormente por varias cuadras hacia la corte donde se realiza el juicio, cerca del sitio donde colocó una bomba que mató a ocho personas el 22 de julio de 2011.

Anders Berhing Breivik, de 33 años, negó tener culpa criminal e insistió en que sus víctimas eran "traidores" que se merecían morir por adoptar valores multiculturales que, bajo su punto de vista, abren a Europa a una lenta invasión musulmana.

Testimonio de las víctimas

Las marchas tuvieron lugar mientras sobrevivientes de la masacre se turnaban para subir al podio de los testigos a fin de describir la explosión. "Estaba escupiendo dientes", dijo Harald Foesker, quien había estado trabajando en el Ministerio de Justicia cuando una bomba de fertilizantes de 950 kilos explotó fuera de su ventana. "Sentí de inmediato que este era un ataque terrorista contra el edificio del Gobierno (...) pedí ayuda, pero nadie respondió", agregó. Dijo, además, que perdió un 80 por ciento de su visión y su cara tuvo que ser reparada. Agregó que estaba orgulloso de vivir en un país que trataba con dignidad a los acusados criminales.