El gobierno mexicano defendió la seguridad del penal de la fronteriza Ciudad Juárez (norte) donde sorpresivamente trasladó al poderoso narcotraficante Joaquín "El Chapo" Guzmán, pese a que es considerado el peor del sistema federal.
"Es un penal que hoy cumple con todas las características necesarias para recluir a internos con alto perfil" y cuenta con cuatro módulos de "alta seguridad", dijo el titular del sistema de Prevención y Readaptación Social, Eduardo Guerrero, a la emisora Radio Fórmula.
"El Chapo" estaba recluido desde enero en la cárcel de máxima seguridad de El Altiplano, cercana a la capital y de donde se había fugado en julio de 2015 a través de un túnel cavado debajo de su celda, pero fue trasladado la madrugada del sábado al penal federal de Ciudad Juárez.
La Comisión Nacional de Seguridad aseguró que la repentina transferencia obedece "estrictamente" a protocolos de seguridad y a distintas obras para reforzar la seguridad de El Altiplano y el vocero de la Presidencia, Eduardo Sánchez, dijo a la agencia AFP que no tiene nada que ver con un eventual proceso de extradición del capo a Estados Unidos.
Sin embargo, horas antes de que Guzmán fuera trasladado a Ciudad Juárez, un juez federal se pronunció a favor de su extradición a Estados Unidos, que ahora debe ratificar la cancillería mexicana, según uno de sus abogados.
Su trasladó sorprendió también porque el Centro Federal de Readaptación Social N° 9 de Ciudad Juárez es considerado el peor de las 20 cárceles federales de México con una puntuación de 6,63 sobre 10, según el informe de prisiones de 2015 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (Ombudsman).
La cárcel tiene una sobrepoblación de un 19,3% ya que tiene capacidad para 848 presos y alberga a 1.012 y suspende en los aspectos que garantizan una estancia digna del interno, pero tiene una buena gobernabilidad.