Andrea Cisternino, un proteccionista de animales italiano que vive a las afueras de Kiev, la capital ucraniana que es uno de los blancos de las tropas rusas, fundó un refugio donde recibe animales en situación de vulnerabilidad y ahora se niega a salir de ese lugar para no abandonar a aquellos que logró rescatar del maltrato.
“Aparte del bombardeo de esta mañana a las 5 y los sonidos de la artillería, hay silencio, se siente a lo lejos algún motor de avión y de algún helicóptero que pasan sobre el refugio. Con cada ruido, estamos atentos. Vivimos en la angustia, pero intentamos ser positivos”, escribió en Facebook el día que comenzaron los ataques por parte de Rusia.
En uno de los últimos posteos, antes de que se le perdiera el rastro, escribió: “He oído hace 15 minutos un disparo de artillería caer lejos del refugio, pero el olor de la pólvora se siente perfectamente. Siento a lo lejos columnas militares que se desplazan y pasan aviones. Que Dios nos ayude y maldiga a quien ha decidido empezar todo esto”.
De fotógrafo de moda a rescatista
Cisternino era un fotógrafo de moda que vivía en Milán y después de publicar su libro 'Perros callejeros: historias de hombres y animales', en el año 2012, y al enterarse sobre las matanzas de animales en Ucrania, decidió radicarse en ese país y trabajar en su refugio junto a su esposa, Vlada Shalutkojunto.
La pareja organizó diversas campañas con el fin de frenar esta realidad y el refugio terminó alojando a todo animal que estaba en peligro.
“No abandono ni abandonaré a mis animales, moriré aquí con ellos. Esto es una locura. Costó demasiado trabajo construir este refugio. Ellos son parte de mi familia y aquí me quedo”, consignó en sus redes.