En algunos lugares del mundo todavía funciona la ley del talión. Los reos reciben un castigo equivalente al delito cometido.
Behjat, una mujer iraní de 40 años, fue ahorcada el pasado sábado 11 de mayo, tras asesinar a su marido. Habían suspendido su ejecución hasta en tres ocasiones.
Pero este pasado sábado, y ante los ojos de sus hijas, finalmente recibió el castigo.
Según la denominada "ley de qisas", los familiares de la víctima tienen derecho a vengarse y pedir la ejecución del asesino. Fue el padre de su marido quien ejecutó la sentencia ante los ojos de sus dos nietas. Mientras una lloraba y pedía clemencia, la otra, sorprendentemente, exigía la ejecución de la condena.
Este caso ha sido denunciado por la ONG Irán Human Rights. Según esta organización, el número de sentencias a qisas ha aumentado considerablemente en el último año y suponen ya más del 20 por ciento de las ejecuciones contabilizadas. En total, hablan de 147 casos, ocho veces más que en 2012. Este año, las cifras no son nada esperanzadoras. Hasta el 12 de mayo de 2014, 100 de las 248 sentencias a muerte dictadas en Irán son condenas a qisas.
La aplicación de la inhumana ley de qisas es una interpretación de la ley talión y se aplica también en otros países como Arabia Saudí y Pakistán.