Un conmovedor suceso tuvo lugar este fin de semana en Estados Unidos.
Scott Nagy, de 56 años, quien padece cáncer terminal a la uretra, decidió no restarse del matrimonio de su hija y, pese a sus evidentes complicaciones, asistió.
¿Cómo lo hizo? El hombre dejó su habitación de hospital y llega en su camilla hasta la Primera Iglesia Evangélica Luterana de Strongsville, en Ohio, EE.UU.
Las fotos del emocionante momento muestran a Sara Nagy (24) con lágrimas en los ojos, al ser acompañada por su padre en el pasillo nupcial.
“Fue una promesa que hice en marzo, llevar a mi hija al altar”, dijo Scott al diario local “The Plain Dealer”.
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