Por 285 votos en contra y 272 a favor el Gobierno Británico perdió la votación que se realizó en el Parlamento para decidir sobre el plan de ataque inminente a Siria.
Con ello, se rechazó la operación consensuada entre Londres y Washington, decisión que representa para el Primer Ministro, David Cameron, una "gran derrota" frente a la bancada opositora de los laboristas y un grupo nutrido de conservadores rebeldes, según consigna El País.
Cameron se comprometió a respetar el voto de los diputados y aún se desconoce si la Cámara de los Comunes volverá a ser citada una vez que el equipo de la ONU publique el informe sobre el uso de arsenal químico contra Ghuta, a las afueras de Damasco, el pasado 21 de agosto.
El diario español explica que la oposición británica busca que, una vez difundido el veredicto de los expertos de Naciones Unidas, los Comunes decidan en una nueva votación -que se realizaría la próxima semana- si se alinean con una acción militar de Estados Unidos.
La decisión la tomarán evaluando si existe "una base clara en el derecho internacional" que justifique la intervención británica.