Era el 5 de abril de 1992 y un hombre que llevaba solo 20 meses en el poder articulaba un golpe de estado propiciado desde el ejecutivo. Alberto Fujimori, entonces presidente de Perú, decidió disolver el Congreso e intervenir todos los poderes del estado para comenzar de cero. Todo, con la excusa de aplicar nuevas reformas que calmarían el clima de violencia que afectaba por eso días a la nación vecina.
Veinte años han pasado desde ese día y como Alberto Fujimori se encuentra cumpliendo una condena de 25 años en la cárcel por violaciones a los derechos humanos, su hijo Kenji, actual senador, defiende las acciones de su padre y asegura que el "autogolpe" fue necesario.
En declaraciones realizadas al programa de televisión local "Abre los ojos", el menor del clan de los Fujimori dijo que "hay que tener en cuenta la coyuntura y el escenario en el que se encontraba el país en esa época, era un infierno, teníamos problemas de terrorismo, Sendero estaba a punto de tomar Lima y teníamos un serio problema económico, se tenía que tomar medidas excepcionales e irrepetibles y, no fue un autogolpe, fue un contragolpe.”
Ex legisladores de la época, en tanto, continúan condenando los hechos y señalan que fueron atropellos a la democracia. Un periodista de la época, dijo a la BBC que el golpe de estado seguía los pasos del llamado "Plan Verde" una estrategia diseñada para derrocar el gobierno de Alan García.
Una encuesta publicada por el diario El Comercio, señala que el 47% de la población señalan que la medida tomada por Fujimori fue necesaria, mientras que un 38% rechaza el "autogolpe".