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Continúa la batalla por Alepo

Denuncian masacre en Damasco.

Mariángel Calderón

Jueves 2 de agosto de 2012

Los rebeldes sirios capturaron un tanque del gobierno y lo usaron el jueves para disparar contra una base área militar que se esperaba que fuera utilizada como un puesto para los refuerzos del Ejército en la batalla por el control de Alepo.

Mientras tanto, las tropas del presidente Bashar al Asad bombardearon el estratégico distrito de Salaheddine de este importante polo comercial con fuego de tanques y artillería, mientras los rebeldes intentaban consolidar su poder sobre áreas que habían capturado.

En Damasco, los soldados invadieron un suburbio el miércoles y mataron al menos a 35 personas, en su mayoría civiles desarmados, según dijeron vecinos y organizaciones de activistas.

La lucha por las dos mayores ciudades de Siria subraya la rápida caída del país en una guerra civil a 17 meses del inicio de protestas pacíficas que marcaron el comienzo del levantamiento anti-Assad.

Las potencias han observado con creciente preocupación mientras los esfuerzos diplomáticos para encontrar una solución negociada fracasan y empeora la violencia, que ya ha dejado un estimado de 18.000 muertos.

Más de 180 personas murieron el miércoles en Siria, 133 de ellas civiles y 45 miembros de las fuerzas de Asad, según el opositor Observatorio para los Derechos Humanos sirio.

La moral de los rebeldes fue impulsada cuando apuntaron las armas de un tanque del Gobierno contra la base área de Menakh, 35 kilómetros al norte de Alepo, un posible lugar de refuerzos del Ejército.

"Impactamos el aeropuerto usando un tanque que capturamos del Ejército de Asad. Atacamos el aeropuerto algunas veces, pero hemos decidido retirarnos en este momento", dijo un combatiente rebelde.

El Observatorio, pro-oposición, dijo que las fuerzas del Gobierno en la base aérea habían usado artillería y lanzadoras de misiles para bombardear la ciudad de Tel Rifaat, que se ubica entre la base militar y Alepo, el centro comercial de Siria.

Corresponsales de Reuters escucharon el jueves por la mañana fuego de artillería desde Salaheddine, en el sudoeste de Alepo, una vía de entrada a la ciudad de 2,5 millones de personas que ha sido un campo de batalla durante la última semana.

Soldados armados del Gobierno están intentando expulsar de la ciudad a una fuerza de unos miles de combatientes rebeldes, en una lucha cuyo resultado podría marcar un punto de inflexión en el conflicto.

Aunque las fuerzas del Gobierno han hecho esfuerzos por tomar Salaheddine, aún no han realizado un ataque contra la ciudad como un todo.

Las conexiones de teléfonos móviles han sido cortadas desde el miércoles por la tarde, llevando a especulaciones entre los residentes de que un incremento del accionar militar podría ser inminente.

Los rebeldes están consolidando áreas que controlan en Alepo, atacando puestos policiales e instalaciones militares menores con algún grado de éxito. Reclaman haber tomado tres comisarías esta semana.

Denuncian masacre en Damasco

En Damasco, aún un bastión del Gobierno pero escenario de combates durante las últimas dos semanas, fuerzas del Gobierno enfrentaban nuevas acusaciones de atrocidades después de tomar el control de un suburbio el miércoles.

"Cuando las calles estuvieron despejadas, encontramos los cuerpos de al menos 35 hombres", dijo un residente que se identificó como Fares por teléfono desde Jdeidet Artouz, en el sudoeste de Damasco.

"Casi todos fueron ejecutados con balas en su rostro, cabeza y cuello en casas, jardines y sótanos", agregó.

La televisión estatal siria dijo que "docenas de terroristas y mercenarios se rindieron o fueron asesinados" cuando el Ejército realizó una incursión en Jdeidet Artouz y sus alrededores agrícolas.

Asad dijo el miércoles que su batalla contra los rebeldes decidirá la suerte de Siria. Pero su llamado a las tropas, en un comunicado escrito, no dio pistas de su paradero dos semanas después de un ataque con bomba contra su círculo íntimo.

Fuente: Agencia Reuters