El objetivo de este peculiar viaje es denunciar uno de los grandes proyectos de la industria petrolera en Estados Unidos: un gigantesco oleoducto que conecta Canadá con la costa de Texas.
Son 2.700 kilómetros de recorrido, para intentar concienciar sobre la amenaza que supone para el medio ambiente dicho proyecto.
Ken Ilgunas lleva cinco meses de viaje, en los que ha tenido problemas con la policía, se enfrentó a los sindicatos, ha dormido al aire libre, ha sufrido el frío de las montañas y el calor del desierto.
Su aventura comenzó el pasado mes de septiembre en Alberta (Canadá), donde arranca el Oleoducto de Keystone. En pocos días llegará una refinería de petróleo en la costa de Texas donde termina su trayecto.
La principal denuncia de los defensores del medioambiente es que se produzca una rotura de la canalización que provoque un vertido masivo y contamine las aguas subterráneas y zonas protegidas. El trazado del oleoducto pasa junto al acuífero de Ogallala, en Nebraska, que proporciona agua a dos millones de personas y riega miles de cultivos.
El oleoducto atraviesa zonas de alta actividad sísmica, que elevan el riesgo de vertidos, y también por reservas de comunidades indígenas de Canadá.
Ilgunas relata, a través de su blog, todo lo que se va encontrando a través de su viaje, denunciando la falta de escrúpulos de las petroleras, que amenazan a granjeros y habitantes obligándoles a firmar acuerdos para ceder terrenos.
Este aventurero asegura que la gente no tiene conciencia real sobre el problema que plantea el oleoducto y sobre el cambio climático.
"Solo porque la amenaza de que el planeta se caliente es tan aterradora, y la perspectiva de que les obligue a cambiar su modo de vida es tan incómoda, se fuerzan a sí mismos a creer que no es verdad", asegura en su web.
Si quieres conocer cómo transcurre su viaje, puedes entrar en su blog, donde también sube vídeos y fotografías del recorrido.
