Todavía no se ha aclarado qué sucedió aquel 13 de enero de 2012, ni las circunstancias que rodearon al accidente del "Costa Concordia". A un año de la catástrofe, todos las miradas siguen apuntando a su capitán, Francesco Schettino, como responsable de la tragedia que dejó un total de 30 pasajeros fallecidos y dos desaparecidos.
El crucero, de 290 metros de eslora que transportaba a más de 4.000 pasajeros, realizaba una maniobra imprudente cerca de la isla de Giglio, en Italia. La excesiva aproximación a la costa llevaba al barco a encallar, a sufrir varias vías de agua y a escorarse de forma inmediata y dramática.
La isla italiana del Giglio conmemoró el primer aniversario del naufragio frente a sus costas, donde todavía permanecen los restos del barco encallado.
Algunos de los sobrevivientes que acudieron al lugar, guardaron un minuto de silencio en honor a las víctimas y lanzaron al mar 32 farolillos encendidos y flores.
Se espera que este febrero los fiscales formalicen su solicitud de juicio para algunos o los doce investigados, entre ellos el capitán Schettino, en libertad vigilada desde el 5 de julio. Se prevé que el juicio comience después de agosto.
Schettino podría ser procesado por delitos de homicidio múltiple y abandono del barco, acusaciones por las que se le ha investigado y a las que puede añadirse la de daño medioambiental.