Son casi tres años de enfrentamientos en Siria, con constantes acusaciones de ataques a civiles, y es precisamente en ese país que se capturó la mejor foto del 2013.
El sueco Niclas Hammarström fue premiado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) por el fotoreportaje que muestra la vida de los niños en Alepo, entre las líneas enemigas.
Dentro de esta serie está también la imagen de una menor herida y ensangrentada cuya cabeza es sostenida por manos adultas tras un bombardeo.
Fue esa captura la que se llevó el premio que entrega la Unicef en conjunto con la revista GEO Germany a las fotos que mejor revelan la personalidad y las condiciones de vida de los niños alrededor del mundo.
Hammarström es fotógrafo de la agencia Kontinent y ha viajado en reiteradas ocasiones a Siria desde que la guerra se desató e, incluso, fue secuestrado mientras trabajaba en noviembre pasado.
El concurso de Unicef contó con 82 profesionales participantes de 27 países alrededor del mundo.