Roseann Sdoia, una de las víctimas de las bombas de los hermanos Tsarnaev en el Maratón de Boston, inició la búsqueda del hombre que fue su "ángel guardián" y le salvó la vida esa horrorosa mañana en la calle Boylston.
Sdoia estaba en el lugar donde estalló la segunda bomba, la explosión le arrancó parte de su pierna derecha. A unos metros de ella estaba Martin Richard, el niño de 8 años que murió en el atentado.
La primera bomba había explotado doce segundos antes, mucha gente no sabía que ocurría y había algo de pánico.
"Me acuerdo de todo… Estaba hablando con alguien, (y estalló) miré mis piernas y vi un charco de sangre (…) Supe que estaba mal", dijo al programa 20/20 de ABC.
La segunda bomba había explotado a dos metros de ella.
Recuerda que estaba en el suelo en shock cuando llegó a quien describe como su "ángel guardián". Un joven, al que describe de pelo oscuro y de unos 25 años, trató de ayudarla a que se levantara. “Yo le decía que no podía levantarme, que no podía salir de allí… ‘¡No tengo una pierna, no tengo un pierna!’ le decía”.
“(Entonces) Me tomó y me llevó a la mitad de la calle", recordó Roseann. Allí él se sacó su cinturón y le hizo un torniquete en lo que quedaba de su pierna para evitar que se desangrara.
El joven la acompañó hasta que fue subida a una ambulancia y la evacuaron de allí. Él se quedó en el lugar.
“Yo y mi familia estamos buscándolo”, dijo la mujer, quien cree que de no ser por lo que hizo ella habría muerto en el lugar y sería la cuarta víctima de la tragedia.
Dijo que tratarían de encontrarlo para agradecerle por lo que hizo.
Sobre su vida de ahora en adelante, Roseann dijo que no se dejaría abatir por la traumática experiencia. "¿La verdad?... No quiero vivir de esa manera (…) Gracias a mi familia y a mis amigos, seguiré aquí. Tengo que seguir adelante. No hay vuelta atrás".