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Beijing 2022: El atleta que pasó de preparar sus propios esquís a repetir el oro olímpico de su padre 34 años después

El austriaco Johannes Strol sólo contaba con un triunfo en la Copa del Mundo y ahora es el nuevo campeón olímpico de combinada de esquí alpino.

Agencia EFE

Miércoles 31 de diciembre de 1969

El austriaco Johannes Strolz, que a los 29 años sólo contaba un triunfo en la Copa del Mundo -en el eslalon de Adelboden (Suiza) del pasado 9 de enero-, se convirtió en el nuevo campeón olímpico de combinada de esquí alpino de los Juegos de Beijing 2022, después de anotarse la prueba disputada este jueves en Yanqing, donde emuló a su padre, Hubert, que había ganado esa misma prueba hace 34 años.

Strolz, nacido en Bludenz, que era cuarto después de la primera manga, relegó al segundo puesto al noruego Aleksander Aamodt Kilde, que lideraba tras el descenso y que capturó la plata, su segunda medalla en estos Juegos después de la de bronce que se llevó en el supergigante. Tras añadir el parcial del eslalon con el que se completó la prueba mixta, el nuevo campeón olímpico de Vorarlberg se impuso con un tiempo ganador de dos minutos, 31 segundos y 43 centésimas, 59 menos que Kilde y con 68 de ventaja sobre el canadiense James Crawford, sorprendente medallista de bronce este jueves en Yanqing.

Johannes -cuyo padre, Hubert Strolz, había ganado oro en esta misma disciplina en los Juegos de Calgary'88 (Canadá), donde también capturó plata en el gigante y acabó cuarto el 'súper'- logró este jueves la victoria más importante de su carrera deportiva al anotarse la prueba combinada del deporte rey invernal, en cuyo historial sucedió a su compatriota el mítico Marcel Hirscher, plusmarquista histórico de victorias globales (ocho en total, todas ellas seguidas) en la Copa del Mundo.



Este jueves marcó un hito, porque, por primera vez en la historia del esquí alpino un padre y un hijo han ganado oros olímpicos en una misma disciplina.

La del flamante campeón revela una historia de enorme resiliencia, ya que hace un año y medio, después de que las lesiones impidieran que obtuviese mejores resultados, Johannes quedó totalmente apartado de la disciplina del equipo austriaco.

Strolz, cuyo mejor resultado antes de ganar este año Adelboden era un décimo en el eslalon de la Copa del Mundo de Madonna di Campiglio (Italia), en enero de 2020 -antes de que 'estallase' por completo la pandemia del covid-19 se tuvo que apañar el sólo. Y ahora es campeón olímpico.

El campeón de Voralberg se tuvo que costear él mismo su preparación y sus viajes; y, antes de regresar al equipo del OESV -la poderosa federación austriaca- recibió ayuda del equipo alemán, entrenándose en no pocas ocasiones junto a Linus Strasser, ganador el pasado 25 de enero del eslalon de Schladming (Austria), el último antes de los Juegos.


Como no se podía permitir la contratación de un 'skiman', Strolz se ha estado preparando sus propios esquís durante toda esta temporada; algo que tampoco cambió en Beijing 2022, donde, eso sí, recibió ya cierta ayuda, con miras a los entrenamientos para el descenso, de los ayudantes de sus compatriotas Matthias Mayer -triple campeón olímpico en tres Juegos distintos y que en China lleva un oro en supergigante y un bronce en descenso- y Vincent Kriechmayr, que el año pasado se proclamó doble campeón del mundo -en las dos disciplinas de velocidad- en los Mundiales de Cortina d'Ampezzo (Italia).

"Debido a la historia de mi padre, le doy a esta victoria una importancia desmedida", explicó, tras protagonizar uno de los 'bombazos' de estos Juegos, el hijo de Hubert Strolz, que ya puede tratar deportivamente de 'tú a tú' a su progenitor, asimismo exitoso en Juegos, pero que en la Copa del Mundo sólo logró una victoria, en la combinada de Bad-Kleinkirchheim de 1988, ante su afición, en Austria: que, curiosamente le bastó para adjudicarse el Globo de Cristal de la disciplina.

"Cuando me acuerdo de las fotos de la medalla de oro de mi padre, me cuesta mucho no ponerme a llorar", señaló el flamante campeón olímpico de combinada. "Le estoy realmente agradecido a mi familia. Ellos sí creyeron en mí, siempre. Y ahora se ha hecho realidad un sueño", añadió.

La vida de Strolz, que parece sacada de cuento, está claro que cambiará bastante a partir de ahora.