Álvaro Corbalán Castilla, quizás el agente represor operativo más temido en dictadura a estas alturas, es un coleccionista de penas por violación a los Derechos Humanos.

Además de la cadena perpetua por el crimen del carpintero Juan Alegría, tiene otras condenas por las que suma 100 años de cárcel.

El oficial de Ejército retirado de 63 años, miembro del DINE, del Comando Conjunto y de la CNI, fue enviado a la Cárcel de Alta Seguridad luego de sucesivas infracciones como interno en Punta Peuco.

Pese a llevar cerca de 20 años preso, siempre ha contado con privilegios como salidas no autorizadas para hacer compras e incluso viajes a la costa.

Hoy, el descubrimiento de un teléfono celular y un chip en su celda, le arrebata la impunidad con que ha estado acostumbrado a vivir, y lo tiene desde esta mañana en una cárcel hecha y derecha: