Los apoderados del colegio República de Filipinas de la comuna de Lo Espejo se tomaron el establecimiento educacional como forma de protesta frente a la precaria alimentación que están recibiendo sus hijos.
Desde hace cinco meses la ración de almuerzo corresponde sólo a un galletón y una leche o un jugo, en reemplazo de la comida que se entregaba antes y que ya había generado malestar entre los padres debido a que los alumnos la comían fría.
A estas alturas, los niños han dejado de comer estos productos por estar "aburridos" o simplemente porque no pueden, debido a que están en proceso de cambiar sus dientes.
La molestia se hizo mayor cuando se descubrió que el recinto no contaba con la autorización sanitaria correspondiente para manipular alimentos, y sólo el día 30 de agosto fue presentada dicha solicitud, lo que generó la duda sobre el correcto funcionamiento de la Junaeb, órgano que es finalmente el encargado de distribuir la alimentación a los recintos estudiantiles.