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"Psicótico y paranoide"

Los especialistas en salud mental Luis Risco y Alex Droppelmann analizan su sorprendente conducta.

Agustín Benaprés

Viernes 13 de julio de 2012

Los testimonios entregados sobre la personalidad de Óscar López Rodríguez (38), el "asesino de Lolol", hablan de un sujeto extraño, solitario, que muchas veces se disfrazaba como un personaje de anime y salía con cuchillos a la feria.

El temor de los vecinos de López era una constante, ya que se atribuía la condición de ser "enviado de Dios". Esto, unido a las características del asesinato de María José Reyes (46) -que fue decapitada con un hacha frente a sus dos hijos al entrar a la casa de López para ver antigüedades- hacen de éste un caso difícil de entender por la crueldad de los acontecimientos.

 

En 24Horas.cl intentamos hacer un perfil de López Rodríguez y para ello conversamos con dos especialistas del área de la salud mental. Mientras se realizan las pericias en el lugar de los hechos, este es un posible perfil del llamado "asesino de Lolol".

El doctor Luis Risco, psiquiatra especialista en trastorno bipolar de la Clínica Psiquiátrica del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, habla de un posible caso de esquizofrenia crónica y de trastornos delirantes. Existe una serie de enfermedades cuyos síntomas esenciales es la pérdida del juicio de la realidad, pero las dos más frecuentes y en la manera en que se le dio a este hombre es la esquizofrenia crónica y los trastornos delirantes".

"La esquizofrenia crónica progresiva hace que las personas se comporten de una manera extravagante o bien movidos por un delirio. La diferencia con el trastorno delirante, que también es un padecimiento psicótico crónico, es que las personas conservan el juicio de la realidad para todo aquello que no tenga que ver con su delirio. Por ejemplo, si la persona tiene el delirio que es un enviado de Dios, va a tener conductas extravagantes, bizarras en relación a eso, pero si usted le pregunta por cualquier otra cosa del mundo como indicadores económicos, van a darle juicios muy razonables. En cambio, la persona que tiene una psicósis crónica generalizada le va dar juicios sin sentido respecto de cualquier cosa que usted le pregunte".

Risco agrega que "esto de que el señor saliera disfrazado de personaje de anime a la feria con cuchillos habla mucho más de una esquizofrenia que de otra cosa". Ahora, el profesional concluye que "es una conducta psicótica muy típica, no tiene nada de llamativo para nosotros los psiquiatras. Es perfectamente comprensible tanto esa impulsividad como ese problema de locura de juicio en sujetos que tienen trastornos graves del juicio de realidad".

 

Para el miembro de la Analyse Freudienne de París y fundador de Analyse Freudienne Santiago, el psicólogo clínico Alex Droppelmann, según los datos preliminares, hay dos líneas para establecer el perfil de Óscar López Rodríguez. "La primera es que puede ser claramente un psicótico y paranoide, que vive de alguna manera la presencia de ciertas personas que engarzan en el delirio que él desarrolla como un peligro el cuál tiene que eliminar".

Claramente se trata de un caso de psicosis. Es un hombre brotado, está absolutamente delirante cuando dice que es un enviado de Dios"

Droppelmann agrega que se abre una segunda línea, "tomando en cuenta la serielidad -esto de que hay más cráneos que se han encontrado en su casa- nosotros podríamos estar frente a la presencia de un psicópata desorganizado". En términos simples significa una "persona impulsiva que siente estos estímulos por matar, un goce generalmente asociado del orden sexual y los ejecuta sin fijarse mucho ni en las armas que ocupa, ni en cómo lo ocupa o planifica ese crimen".

Para el especialista, son sujetos que no generan modificaciones ni frente a los medicamentos ni a terapias de ningún tipo y se hace necesario que las pericias sean muy finas. Al preguntarle por los disfraces que utilizaba López Rodríguez y la atribución divina que solía expresar el sujeto, señala que "claramente se trata de un caso de psicosis. Es un hombre brotado, está absolutamente delirante cuando dice que es un enviado de Dios".

"Si es una psicosis es del tipo paranoica, seguramente en el delirio de decapitar tiene que tener una connotación inserta en la trama de su delirio. Ahora por un tema de rigurosidad, en las pericias investigaría si es un psicópata desorganizado".

¿ES POSIBLE DETECTAR CONDUCTAS COMO ÉSTAS?

Para el doctor Luis Risco, "el hecho de que haya sido entrevistado antes por conductas extravagantes debió haber movido a considerarlo como un enfermo y haberlo tratado como tal. Más que una manifestación de que existe la locura -porque la locura ha existido siempre y va a seguir existiendo-, el problema es cuán cargo se hace la autoridad de la locura".

Risco agrega que "hoy día dejamos la responsabilidad de gestionar la locura en los servicios médicos, pero les ponemos una serie de trabas. Por ejemplo hoy un psiquiatra que está ante una evidente locura de acuerdo a los reglamentos en uso actual, no puede hospitalizar a ese paciente si vive solo y que constituye un riesgo para la sociedad. La ley le impide hacerse cargo y le impide hospitalizarlo contra su voluntad, con lo cuál pasan estas cosas".

Según el doctor Droppelmann "generalmente el delirio de los paranoicos es bien encapsulado. Tienen toda una trama y argumento paranoico no es expuesto frente a los demás, sino que gira en torno a su propia imaginación. No todo es siempre anunciado y se brotó de alguna manera cuando empezó a hablar de su tarea (al decir que era enviado de Dios). Los paranoicos pueden pasar por mucho tiempo desapercibidos en esta parte delirante que tienen".

La ley le impide hacerse cargo y le impide hospitalizarlo contra su voluntad, con lo cuál pasan estas cosas"

El especialista agrega que "siempre he pensado que para las personas muy solitarias que no tienen una red social debiera existir una especie de profilaxis psiquiátrica para que sean examinadas, controladas y entrevistas para ver si su aislamiento no se debe a un deseo propio y se deba a una psicosis encapsulada u otro tipo de patología necesaria de atender. Este tipo era un sujeto muy solitario y es por eso que quizás la gente no observó esas conductas con anterioridad y no pudieron actuar las instituciones".

REALIDAD EN CHILE Y EL EXTRANJERO

Con datos preliminares, Luis Risco explica que "en Chile hay aproximadamente un 1% de personas que padece de esquizofrenia y cerca de un 0,3% que presenta trastornos delirantes. Eso significa más menos 180 mil personas que padecen estos desórdenes. La mayoría de ellos está en tratamiento,  de hecho el programa AUGE cubre la atención de los primeros brotes de la enfermedad de esquizofrenia, de manera que todos los chilenos tendrían eventualmente acceso a ser tratados por un primer brote de esquizofrenia".

Alex Droppelmann recomienda observar ciertas conductas: "Lo primero es fijarse de comportamientos bizarros, conductas fuera del contexto social que las ampara. Cuando un tipo se pasea de pirata y que vive como tal por ejemplo, es una conducta fuera del espacio en que se está viviendo. La segunda cuestión tiene que ver respecto del delirio, como decir cosas que no se condicen con la realidad o alucinaciones".

Además, agrega que "claramente el texto de un delirio que está alejado del contexto de la realidad nos hace pensar que estamos frente a un caso de brote psicótico que habría que atender". En cifras, "un 30% de los psicóticos puede ser paranoicos, un 3% de los psicóticos paranoicos podría llegar a matar y un 10% agredir", sostiene Droppelmann en base a estudios realizados en Estados Unidos y Alemania.La fiscal del caso, Carmen Gloria Agurto, aseguró que Óscar López Rodríguez no presenta antecedentes psiquiátricos, por ende se hace imperativo las conclusiones que emanen de la investigación.