Un femicidio, un triple parricidio y un homicidio.
Juan Rodríguez Llancapán se encuentra en la cárcel de Temuco tras haber matado a cinco personas, entre ellos sus hijos, su mujer y un amigo. El denominado "Chacal de Carahue", pide perdón en conversación con 24 Horas, a pocos meses del juicio que podría condenarlo a cadena perpetua.
"De repente desperté y fui a abrazar a mi señora y no estaba en la cama (...) Ahí los pillé, estaban besándose. De ahí no hay más, lo único que atiné fue abrir una ventana que teníamos en la pieza y saqué un hacha que tenía atrás. Salí a la cocina, prendí la luz y les dije, 'la media amistad que tenían' y maté al loco", recuerda desde el centro penitenciario.
El asesinato a sangre fría es uno de los más macabros que se recuerden en la región de la Araucanía. Los motivos que gatillaron a la conducta del agresor tienen que ver con los celos y drogas, según el mismo confiesa.
"Había tomado 12 latas de cervezas y cinco pitos de marihuana con pasta base", recuerda.
El hombre, entre el olvido, reconoce haber matado a uno de sus hijos pero no sabe lo que ocurrió con los otros dos. Esas lagunas temporales son parte de los argumentos que pretende utilizar la defensa en el juicio.
"La persona que cae bajo enajenación mental, temporal, es una persona normal mentalmente hablando. Pero hay un hecho detonador, de tal magnitud que produce que esta persona no esté en sus cabales y pierda la razón" argumenta Víctor Contreras, abogado del homicida.
Los familiares de las víctimas recuerdan que el hombre era muy violento con sus familiares, mientras que él, tras las rejas asegura que muchas veces "en las noches se me aparecen".