Hace unos años Pablo decidió darle un vuelvo a su vida. Estudió teatro, pero al buscar trabajo no tuvo mucha suerte.
Fue en ese momento que dejó los prejuicios de lado y decidió escuchar el consejo de su esposa: entró a estudiar secretariado, una carrera corta y con gran proyección.
En el último año, la demanda de secretarias creció un 70%. Pero los institutos que imparten esta carrera no logran llenar la gran oferta de trabajo, tanto así que incluso hombres -como Pablo- están optando por esta profesión.
La gran demanda de secretarias -y secretarios- han hecho no sólo que la oferta no de abasto, sino que los sueldos se incrementen de forma considerable.
Un alumno de secretariado o asistente ejecutivo puede comenzar ganando $350.000 y al año llegar a triplicar esa renta.