El Cuarto Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago declaró culpable de los delitos de parricidio consumado y parricidio frustrado a Lorena Espinoza.
La mujer fue llevada a juicio por la Fiscalía de Ñuñoa, acusada de haber causado la muerte de su hijo de seis meses y de ser sorprendida suministrando la misma sustancia contra el menor de iniciales G.M.E, con la misma intención.
Según explicó la Fiscalía, los hechos fueron descubiertos en abril del 2011, cuando personal médico atendió al menor G.M.E (4 años), quien ingresó al Hospital Metropolitano con un cuadro convulsivo refractario, compromiso de conciencia y dolor abdominales.
Al pasar de los días, el menor no mejoraba hasta que fue detectada una coloración extraña en la vía de alimentación, demostrando posteriormente, a través de exámenes de orina y sangre del menor, la presencia de Tramadol, medicamento utilizado en los tratamientos paliativos para enfermos de cáncer y no para menores de edad.
En el curso de la investigación se recopilaron antecedentes respecto a que el año 2009 el hijo menor de Espinoza, de sólo seis meses, había fallecido tras presentar similares síntomas. Al exhumar el cuerpo se detectó la presencia de Tramadol.
"A través de una serie de pruebas indiciarias se acreditó ante el tribunal la responsabilidad penal de la madre en la muerte del menor de sus hijos. Para ello se consideró prueba pericial del SML que determinó la presencia de Tramadol en los restos óseos del menor, en niveles tóxicos, concluyendo que era la causa de muerte", afirmó el fiscal Álvaro Pérez.
Además, agregó que "los peritos y testigos expertos demostraron que ambos menores presentaban los mismos síntomas al momento de ingresar al hospital y que concuerdan con los síntomas propios de la intoxicación con Tramadol".
El tribunal reconoció a la condenada las atenuantes de irreprochable conducta anterior y de colaboración sustancial en el caso del parricidio frustrado, ya que la mujer admitió ante los doctores que ella había inyectado la sustancia.
El fiscal Pérez solicitó una pena de diez años de presidio por el delito de parricidio frustrado y de 20 años por la muerte del menor de seis meses.
La lectura se sentencia se efectuará el 31 de diciembre.