La Conferencia Episcopal presentó la Carta Pastoral en la Casa Central de la Universidad Católica. Dentro de los principales puntos que se plasman en el texto, de 63 páginas, se plantea la necesidad de recuperar la credibilidad que la iglesia ha perdido a causa de los escándalos que involucran a sacerdotes en casos de abuso. "A nadie se le oculta que , por nuestras faltas, la iglesia a perdido credibilidad. No sin razón, algunos han dejado de creer", señala el texto.
A través de la carta, los obispos piden perdón a todos quienes se hayan visto afectado por los actos cometidos por algunos sacerdotes de la Iglesia Católica. "Tenemos que compartir lo que hemos recibido y ser personas abiertas a la comunidad. Por eso tenemos que aprender a pedir perdón y a perdonar. Siguiendo el ejemplo del Papa Benedicto XVI, hemos pedido perdón a quienes hemos ofendido y reiteramos con la más profunda verdad esa petición", expresa el documento.
Además, la contingencia medioambiental, energética y educacional, centrada en los movimientos sociales, también forma parte de la nueva carta entregada por la Conferencia Episcopal. Los puntos 6 y 7 expresan los puntos más potentes del documento.
Una profunda crítica a la desigualdad en Chile preocupa a la Iglesia, ya que considera que las movilizaciones justas pueden poner en riesgo la gobernabilidad. "Las movilizaciones sociales justas en sus demandas pueden poner en peligro la gobernabilidad si no existen adecuados canales de expresión, participación y pronta solución. Ya no se acepta más que se prolonguen las diferencias injustificadas. La desigualdad se hace particularmente inmoral e inicua cuando los más pobres, aunque tengan trabajo, no reciben los salarios que les permitan vivir y mantener dignamente a sus familias", expresan en el documento.
Existe una profunda preocupación por el lucro desregulado que existe en la educación. Consideran que la formación de élites centradas en la productividad, manifiestan claramente la inequidad educacional. "Preocupa que en nuestras universidades la formación de las élites esté centrada en su aporte a la productividad y en la eficiencia económica, y no en el sentido ético y en la preocupación por la calidad de la existencia humana", señalan en el texto", dice la carta.