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Cruz: "La Conferencia Episcopal que tiene Chile es lamentable"

Juan Carlos Cruz, denunciante en el Caso Karadima, asegura que la demanda al Arzobispado de Santiago se debe a que se ha dedicado a "negar, minimizar, ignorar y denostar a las víctimas".

24horas.cl Tvn

Miércoles 4 de septiembre de 2013

Juan Carlos Cruz, uno de los demandantes del llamado Caso Karadima, señaló que la acción interpuesta contra el Arzobispado de Santiago busca demostrar que figuras como Francisco Javier Errázuriz y Ricardo Ezzati sabían de los abusos cometidos por el sacerdote Fernando Karadima y optaron por la impunidad.

"Intentamos que (la demanda) fuera el último recurso, pero la actitud de la iglesia (católica), de negar, minimizar, ignorar y denostar a las víctimas nos llevó a este último recurso que es una forma de investigar serena y tranquilamente que la iglesia sabía de todo esto", señaló Cruz, en conversación con Canal 24 Horas.

El periodista calificó como lamentable la actuación que han tenido las autoridades religiosas y declaró que la estrategia ha sido "mirar hacia el lado" cuando los abusos ocurrían, tratar mal a las víctimas y luego investigar en el momento en que se encontraban entre la espada y la pared.

"Es una demanda que busca que se aclare que el Arzobispado -encabezado por Errázuriz, Ezzati y Cristián Contreras- no hizo nada y decidió dar vuelta la cara cuando estaban pasando los abusos para que Karadima hiciera lo que hizo", explicó.

"Si hubiesen hecho algo, quizás muchos se hubiesen salvado de ser abusados", agregó Cruz.

El denunciante del caso Karadima dijo también que considera como una vergüenza que personas tan cuestionadas sigan al interior de la iglesia y en cargos de poder, mientras existen "muchas más personas buenas".

"La conferencia episcopal que tiene Chile es lamentable, principalmente porque es chica (...) y si dos tercios de los obispos están involucrados en caso de abusos es una vergüenza", sostuvo.

Cruz añade que esperan que la Justicia haga su trabajo y que no continúe la hegemonía de la iglesia católica para dar una señal de que no hay chilenos de primera y segunda clase y que todos deben responder de igual manera por los delitos.