La tarde de este lunes murió el gendarme Felipe Quintana Espinoza de sólo 20 años, mientras era atendido en la UCI del Hospital de Carabineros por un disparo que el mismo se propinó al término de su turno en el pena Colina I.
La Fiscalía Metropolitana Occidente y la institución a la que pertenecía están investigando lo ocurrido, para intentar aclarar los motivos de la drástica decisión del joven.
La situación conmovió a la institución, la que pidió a las autoridades que se mejore el apoyo psicólogico que reciben los efectivos, pero que también es necesario mejorar las condiciones en las que se trabaja.
"No sabemos qué es lo que gatilla esta determinación. Será el exceso de trabajo, de turnos o problemas con la población penal. También puede ser problemas que arrastra desde antes de que entrara a la institución", expresó el presidente de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios, Juan Carlos Orellana.
Por lo anterior, Orellana recalcó el hecho de que en Gendarmería no existe un departamento de salud mental para evaluar a los funcionarios. "Muchas veces uno avisa de situaciones, pero como no existe una unidad especializada, nadie se hace cargo del problema y suelen ocurrir y terminan en este tipo de situaciones", señaló.
Carga laboral
El secretario nacional de la Asociación de Gendarmes de Chile (Agech), el cabo segundo Jaime Anticoy, contó a Emol que la extenuante jornada laboral que vivió en sus días como funcionario de la institución, habría llevado a Quintana a quitarse la vida.
Anticoy aseguró que el joven pasó sus últimos días trabajando durante ocho jornadas seguidas en el recinto carcelario, con tiempos de descanso que no excedían las cinco horas y sólo con un día para salir fuera de él.
"Así no pueden tener una vida emocional activa afuera con su familia o con su novia y eso muchas veces provoca que por depresiones que se generan hostigamientos laborales, u ocurran estas situaciones fatales. Estamos trabajando con métodos implementados hace más de una década atrás", manifestó.