Mientras se afirma que las llamas de los incendios que afectan al país son productos de manos humanas, varios factores también se relacionan al siniestro. Y uno de ellos, además de permitir la rápida propagación del fuego, aumenta considerablemente el peligro de la labor de brigadistas, bomberos y afines: las "tormentas de fuego".
Según explicó a Emol Alfredo Mascareño, gerente de Protección contra Incendios Forestales de Conaf, es "una gran columna de fuego, muy activa y explosiva" que se produce repentinamente, y es "de energía tan alta que llega a una temperatura superior a los 1.000° C, provocando consumos de vegetación en cuestión de segundos.
Esa sería, por lo tanto, una explicación sobre por qué un incendio puede llegar al punto de ocupar miles de hectáreas rápidamente, como ha ocurrido en el sector centro y sur del país en los últimos días.
Bajo el punto de vista de Mascareño, ese fenómeno se produce porque el aire caliente del fuego asciende rápidamente, por lo que genera un vacío que, a su vez, succiona oxígeno y genera fuertes vientos arremolinados que unen llamas de diversos focos.
"El vacío produce una atracción de estas llamas, y estos fuegos que estaban separados terminan siendo uno solo, en segundos", explica la autoridad de la Conaf.
"Se ven llamas inmensas y muy rojas, prácticamente desconectadas del suelo, y todo lo que está abajo arde simultáneamente. Es la situación más compleja que puede enfrentar un brigadista en el combate de un incendio", detalla Mascareño al mencionado medio.
Y el fuego consecuente de ese fenómeno se disemina aún más, debido a que el fuego arroja material incandescente (pavesas) que afecta zonas aledañas y propaga aún más llamas.
"Va lanzando pavesas y generando focos secundarios, que luego son alcanzados por el frente principal y genera una situación muy compleja por la gran velocidad de propagación", agrega Mascareño, quien atribuye estas ocurrencias a las elevadas temperaturas registradas en estos últimos meses.