Con la presencia cada vez mayor de extranjeros en Chile, el fenómeno de fuerte migración vivido a lo largo del país también se ha manifestado en los matrimonios en el país, tanto entre foráneos como entre chilenos e inmigrantes.
Según publicó El Mercurio, datos del Registro Civil señalan que en 2016 se realizaron 1.819 matrimonios de inmigrantes en el país y, además, otros 1.715 entre un chileno o chilena y extranjeros.
El número de uniones conyugales entre foráneos en 2015 es de 1.399 - lo cual significa un alza de 30% -, mientras que entre chilenos e inmigrantes el número en 2015 fue de 2.067 casos (es decir, una baja de 17%). Eso sí, la cifra entre una chilena y un hombre extranjero pasó de 1.034 a 1.273.
De acuerdo con las cifras, además, las parejas de foráneos que más contrajeron matrimonio entre ellos fueron de peruanos, con 566 casos, seguidos de colombianos (358) y haitianos (247). A su vez, los chilenos que se casaron con extranjeros lo hicieron principalmente con haitianos, en 307 ocasiones, seguidos de peruanos (301) y colombianos (240).
Cabe considerar que también hubo 700 inscripciones de Acuerdo de Unión Civil (AUC) en total entre extranjeros o entre chilenos e inmigrantes, mayormente de peruanos y colombianos.
Rodolfo Noriega, secretario general de la Coordinadora Nacional de Inmigrantes, planteó al mencionado medio que "esto es un proceso de integración irreversible. Chile ha cambiado, y la tendencia es que seguirá cambiando. Al principio hay temor a lo nuevo, pero eso va cambiando con el tiempo, se va formando una nueva identidad nacional, y este, al final, será un país diferente".
No obstante, y pese a que organizaciones sociales estiman que este fenómeno crecerá aún más, se considera que existen factores a desarrollar para facilitar la integración extranjera en el país. Por lo tanto, Noriega plantea que "si no tomamos medidas para integrar, por ejemplo, a los profesionales migrantes de la salud, se pone en juego el bienestar de la población".
El dirigente de la organización Haitianos en Producción, Ralph Jean-Baptiste, sostiene que sus compatriotas "se sienten acogidos, aunque no es fácil. Para tener documentación se necesita un contrato de trabajo, y para eso es necesario tener un carnet. Hay contradicciones, y no hay una ley de inmigrantes que lo resuelva".
"A veces la sociedad dificulta la integración del inmigrante, pero ellos siempre están dispuestos a integrarse", concluyó Jean-Baptiste.