Isidora, de 13 años de edad, falleció luego de sufrir un paro cardiorrespiratorio apenas comenzó la clase de educación física.
La menor sufría de una enfermedad llamada disautonomía. La patología se debe a una falla en el sistema nervioso autónomo y se presenta con mareos, fatiga y desmayos.
A penas comenzó la clase deportiva en el colegio Tremmen de Maipú, la menor se desvaneció.
Pese a que el enfermero del colegio intentó reanimarla durante todo el recorrido al Hospital El Carmen de Maipú, la estudiante llegó sin pulso al centro de salud.
Isidora había sido dada de alta, pero había que tener cuidado con la actividad física.
Los profesionales recomiendan que cada colegio debería tener un desfibrilador para este tipo de accidentes, ya que los primeros tres minutos después de un ataque cardíaco son claves para poder revertirlo.
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