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Ministro Álvaro Mesa dicta acusación contra Cristián Labbé por aplicación de tormentos en Panguipulli

El ministro en visita de causas de Derechos Humanos acusó al coronel en retiro como autor de este delito a Henry Cohen, hecho perpetrado en noviembre de 1973, en la ciudad de Panguipulli.

24Horas.cl Tvn

© Agencia Uno

Miércoles 4 de abril de 2018

El ministro en visita de causas de Derechos Humanos de las Cortes de Apelaciones de Temuco, Valdivia, Puerto Montt y Coyhaique, Álvaro Mesa Latorre, acusó al coronel de Ejército en retiro, Cristián Labbé Galilea, como autor del delito de aplicación de tormentos de Harry Edwards Cohen Vera.

El hecho se produjo en noviembre de 1973 en la ciudad de Panguipulli, región de Los Ríos.

En la investigación, Mesa pudo establecer que en los meses de octubre a noviembre de 1973, el ejército en campaña, comandado por el General de Brigada, Nilo Floody Buxton, se tomó el control de la ciudad de Panguipulli, realizando un intenso operativo militar el cual fue calificado por la prensa de la época como la llamada "Operación Peineta", la que se realizó en la zona cordillerana comprendida entre Concepción y Valdivia, cuyo objetivo era la captura de personas opositoras a la dictadura.

 

La operación fue plasmada por diferentes medios de prensa de la época, entre ellos, un reportaje realizado por el periodista Eduardo Hunter, quien en su labor de corresponsal de la revista VEA, se unió al contingente militar.

Vestido con ropa de camuflaje se encargó de precisar en su reportaje "Viaje al frente" no solamente los lugares que vía aérea  eran rastreados por  militares, sino que tanto la oficialidad al mando de aquellos, entre ellos el teniente Cristian Labbé Galilea, al igual que las detenciones e interrogatorios a los cuales eran sometidos los "miristas arrepentidos", como en aquel trabajo periodístico se les llamaba a las personas opositores al régimen, quienes eran principalmente campesinos del sector. 

En el lugar se apostó un fuerte contingente militar a cargo de comandar la reserva estratégica de la unidad. El lugar destinado fue una escuela de la ciudad, la cual además se utilizó como centro de detención para las diferentes personas que se encontraban en calidad de detenidos políticos de los diferentes lugares de la zona.

Harry Edwards Cohen Vera, de 26 años, estudiante de segundo año de la carrera "Electrónica" del Instituto Profesional Nuevo Mundo de Santiago, el 6 de noviembre de 1973 viajó a la localidad de Futrono a visitar a unos familiares a quienes esporádicamente ayudada en la compra y venta del negocio familiar.

Al otro día de su llegada, en la casa de sus familiares irrumpió un grupo indeterminado de militares "boinas negras", quienes procedieron a allanar el lugar y a detener al joven junto a Jaime Rozas González. Ambos fueron inmediatamente trasladados hasta el retén de Carabineros de Futrono, lugar donde permanecieron aquella noche para posteriormente ser conducidos por personal militar hasta un helicóptero que se encontraba posado en la plaza de la ciudad, momento en que se constató de la presencia de otras personas en calidad de detenidas.

En el vuelo, donde fueron trasladados a Panguipulli, se les amenazó con lanzarlos al lago Riñihue, pero posteriormente aterrizaron en un lugar al que reconocen como una escuela ubicada en esta ciudad. El joven junto a otros tres detenidos fueron entrevistados por el periodista de la Revista Vea, quien les consultó por las actividades de un conocido revolucionario de la zona.

Cohen al ingresar al recinto que albergaba prisioneros políticos en la ciudad de Panguipulli, pudo observar la presencia de otros detenidos de carácter político con quienes fue encarcelado en una habitación y custodiados por un efectivo militar armado.

En estas condiciones y transcurridos dos días, se percató que la puerta de la habitación es abierta con violencia divisando en ese momento un "enorme militar", que era Labbé, fuertemente armado y con ropa de camuflaje quien bajo improperios le ordena que bajara su vista, al mismo instante en que lo amenaza, con una arma blanca (corvo), que le cortaría el cuello. Posteriormente, a través del carcelero del lugar se entera de la identidad de este oficial, quien le señala el apellido y le manifiesta que "era hijo de un connotado militar".

Tras dos días de este episodio, la víctima fue retirada de su celda con los ojos vendados y con un saco a modo de capucha sobre la cabeza, amarrado de pies y manos, siendo transportado en un camión hacia aparentemente una bodega. Luego, fue colgado con las manos atadas a la espalda, permitiéndole apoyarse sólo con la punta de sus dedos al suelo.

En ese momento, fue interrogado por tres militares, donde pudo identificar la voz de aquel oficial corpulento descrito, quien en forma burlesca realizaba reiterados alcances a su origen semita. En la instancia, conectaron electrodos en su tobillo y muñecas, los cuales en forma sistemática producían descargas eléctricas cada vez más intensas,

Finalmente, la resolución acota que dichos apremios se prolongaron en diferentes episodios, para posteriormente y al cabo de unos días ser dejado en libertad.

Revisa el fallo completo aquí: