El ministro del Interior, Mario Fernández, se refirió al giro que dio el Gobierno en el caso de la querella que invocaba a la ley antiterrorista en contra de los cuatro comuneros mapuche. De ellos, tres decidieron terminar con la huelga de hambre que alcanzó 117 días, mientras uno de ellos sigue con la medida de presión.
La semana contó con revés para el Gobierno, pues a los cuestionamientos por haber invocado la ley en un comienzo, se sumó el revés que sufrió luego que el Tribunal de Temuco determinara no acoger la solicitud de rebajar las medidas cautelares de los involucrados y mantuvo la prisión preventiva.
Como nueva opción, el Ejecutivo determinó retirar el carácter terrorista en la querella, aludiendo preocupación en el estado de salud de los comuneros, pero despertando las críticas en el mundo político.
"Hay una razón bien específica que, por lo demás, no es nueva, les ha pasado a todos los gobiernos. Es el deterioro de la salud de los huelguistas y su decisión de mantener el movimiento; el deber de la autoridad de velar por la vida de la gente, que es lo fundamental", indicó en entrevista con El Mercurio.
El secretario de Estado descartó presiones, como las referidas al encuentro que sostuvo el presidente del PC, Guillermo Teillier con el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, o la intervención que realizaron los obispos en la materia.
Consultado sobre las consecuencias que traería para el Gobierno la muerte de alguno de los comuneros, el ministro indicó que "muy graves, no quiero imaginármelos. No son los efectos lo que nos mueve, es la vida de las personas", manifestó.