Comenzó el juicio oral en contra de los dos acusados de matar a Tamara Moya, una niña de 5 años asesinada a metros de su casa en febrero del año pasado, tras ser víctima de una encerrona junto a su familia.
Los dos imputados, Alan Gallardo Vilchés y un menor de edad, fueron formalizados por el delito de robo con homicidio por la Fiscalía Centro Norte.
Además, se le imputaron cargos por los ilícitos de robo con intimidación, receptación de vehículo motorizado y tráfico de drogas, hechos ocurridos entre los meses de febrero y abril del mismo año. Ante esto, el Ministerio público solicitó la condena de presidio perpetuo calificado para el adulto y 10 años de internación provisoria para el menor de edad.
El padre de Tamara, Raúl Moya, declaró a la salida del juicio: "es evidente que la maldad con la que esta gente actuó es insólita, inaudita e innecesario, no necesitaban pegarle un balazo a mi hija si es que realmente se querían llevar el auto".
En cuanto a los acusados, Raúl Moya agregó: "nosotros estamos súper seguros que los imputados son los autores del homicidio de nuestra hija, junto al que falleció y tenemos plena confianza que eso se va a demostrar".
"Es la justicia la que le tiene que cobrar la cuenta a estos infelices y esperemos les cobre lo que corresponde, no que le den beneficios, estos tres personajes tenían que haber estado presos el día que mataron a mi hija, pero los tres andaban en la calle", enfatizó Raúl Moya.
La madre de la pequeña, Camila Almonacid, quien también declaró en el primer día de juicio declaró "por mi que estuvieran el resto de sus días presos, pero por llevarse por unos meses de edad van a tener condenas distintas y esperamos tengan la condena máxima que la ley permita hoy en día".
Esto debido a que uno de ellos es menor de edad y quien quedará internado en un centro de menores recluidos mientras que para el segundo imputado piden 40 años de cárcel.
El abogado de la familia de Tamara, Marcelo Castillo, detalló que en este juicio declararán 42 testigos, se anexarán 19 documentos, 23 pruebas materiales y 12 pruebas periciales, para anexar varios delitos que se comieron antes y después de la muerte de Tamara, incluso un asalto a una joyería en el Mall Alto Las Condes donde se utilizó el arma.
"El desprecio por la vida en el actuar de estos acusados es tan grande que sobrepasa a una de sus víctimas o incluso no le importó dejar abandonado a su compañero de delito tras haber sido abatido" agregó Ricardo Romo , abogado Delegación Metropolitana.
A su vez, otros familiares de otros niños que han fallecido en delitos como la madre de Itan, asesinado en un portonazo, llegó hasta las dependencias del Segundo Tribunal Oral.