María José y María Ignacia no sólo comparten el amor de sus padres. También un corazón y un hígado.
Son las hermanas siamesas que nacieron en Curicó, que están unidas por el tórax tras una cesárea que le practicaron a su madre, Erika Latorre Labra.
Las niñas pesaron más de tres kilos y medio y lamentablemente su pronóstico es reservado.
El doctor Pedro Pavéz indicó que "no han requerido por el momento oxígeno, están respirando en forma espontánea, y su mayor complejidad es el solo corazón que tienen, así que desde ese punto de vista están con las medidas básicas que requieren en este minuto".
Foto referencial Agencia Uno