Este domingo un administrador dio muerte a dos presuntos delincuentes que intentaron asaltar su servicentro en San Miguel, pero las familias no quedaron indiferentes.
Benjamín Lillo es un ex comandante que estuvo 27 años en la Fuerza Aérea y uno de los pocos chilenos autorizados a porte y tenencia de armas.
En tres ocasiones ha defendido su bencinera con disparos de los cuales han resultado cuatro muertos delincuentes, dos de ellos captados en una grabación que revela la nota.
"No me pesan en la conciencia y espero que no se me presente ninguna otra oportunidad en que tenga que decidir la vida de un ser humano", expresa Lillo.
Sin embargo, esta última ocasión donde fallecieron Marco Antonio Muñoz Orellana (29) y Heber Osses Lauquén (29), una de las familias consideró que no fue acto de legítima defensa sino un crimen debido a que su hijo fue involucrado de manera fortuita en el hecho.
"Marco y las personas que le acompañaban no tenían arma blanca, arma de fuego, ni ningún elemento que pudiera implicar un riesgo vital para las personas como para justificar esta legítima defensa como mal ha llamado el fiscal", indica el abogado de la familia Muñoz, Rubén Urrutia, quien se querellará contra el ex comandante de la FACh.
Por el momento Benjamín Lillo contará con protección policial mientras continúa la investigación de los hechos.