A comienzos de febrero, Daniel Flores partió con una mochila desde Santiago rumbo al Parque Nacional Chiloé.
Un par de días más tarde, salió del camping El Mirador para recorrer el Parque a solas. Al mediodía, sus compañeros lo llamaron y quedaron de encontrarse.
Sin embargo, "trató de salir de un bosque y se metió a otro sin querer y (luego) se siguió perdiendo", sostuvo su hermana, Estefanía Flores.
Durante tres semanas, se perdió su rastro. Sin embargo, su familia y los lugareños nunca perdieron la esperanza.
Cada día y desde las 7.00 horas, muchos comenzaban a buscarlo. No obstante, producto del prolongado período sin conseguir resultados, Carabineros decidió suspender su búsqueda el 23 de febrero.
Durante todo ese tiempo, el hombre de 32 años se alimentó de bichos, plantas y hasta tuvo que beber agua estancada. "Se alimentó de cuncunas, de los bichos que lo picaban... Les quitaba la sangre y se los comía", afirmó Cynthia Flores, hermana del joven mochilero.
"Se alimentó de nalca, de hoja... A las abejas le quitaba la miel", agregó.
Las posibilidades de encontrar con vida a Daniel Flores cada día se hacían más escasas. Sin embargo, el martes unos turistas que navegaban por el Lago Huelde advirtieron que un hombre pedía auxilio desesperadamente y casi sin fuerzas.
Se trataba del desaparecido Flores, aunque evidentemente diezmado por la prolongada espera.
Sin zapatillas, deshidratado y con varios kilos menos fue trasladado rápidamente al Hospital de Castro, donde fue recibido como un héroe. "Se había leído entero un libro de sobrevivencia, de lo que podía comer dentro de un bosque", comentó Isabel García, tía del mochilero.
Ahora, este milagroso sobreviviente se encuentra internado en el centro de salud. El mismo pidió aislamiento, abrumado por la experiencia extrema.
Flores está siendo sometido a una rehidratación intensiva, mientras que su familia recibe apoyo psicológico. "Logró sobrevivir 20 días sólo con el afán de ver de nuevo a su familia", fueron las palabras del Jefe de la Policía de Investigaciones de Chiloé, Subprefecto Víctor Hernández, y parecen resumir una travesía que Daniel Flores, seguramente, nunca olvidará.