A fines de 2019 y tras una relación de 5 años, Antonella y Montserrat iniciaron un tratamiento de fertilidad con el sueño de ser madres. Se acercaron a un establecimiento de salud para realizar este largo proceso, a través de un método que, en su caso particular, consiste en extraer y fecundar óvulos de una de ellas e implantar el embrión en el útero de la otra. De esta forma, ambas serían parte del embarazo.
Sin embargo, al correr del tiempo, vieron como este proyecto familiar comenzaba a dificultarse cuando la isapre de Montserrat, Vida Tres, le negó la cobertura del tratamiento, acusándola de una preexistencia de infertilidad no declarada. La isapre presentaba como prueba de la preexistencia, las consultas clínicas anteriores al inicio de su prestación, un paso común entre quienes evalúan la factibilidad de un tratamiento que, en sí mismo, no constituye un diagnóstico médico de infertilidad.
Ante esta situación, en febrero de este año, con la asesoría de la empresa Tu Futuro, la pareja decidió interponer un reclamo en Superintendencia de Salud y tras cinco meses, el organismo institucional entregó su veredicto, ordenando a la aseguradora a pagar un monto que asciende a cerca de $4.000.0000, de acuerdo con la cobertura pactada al momento de contratar el plan de salud.
“Acoger la demanda interpuesta en contra de la Isapre Vida Tres S.A., en cuanto ésta deberá bonificar las prestaciones efectuadas a la demandante en la Clínica Monteblanco”, resolvió el la Superintendencia el pasado 3 de julio, luego que la defensa de Montserrat confirmara, con informes de especialistas y exámenes médicos, la inexistencia de tal preexistencia.
Desde el veredicto, la isapre tenía un plazo de 25 días hábiles para hacer efectivo el reembolso, teniendo como fecha máxima el pasado 7 de agosto. Al no recibir una respuesta, Montserrat presentó un nuevo reclamo ante el organismo regulador de la salud, por el incumplimiento de la sentencia, y en menos de 24 horas la Isapre efectuó el pago.
Tras hacerse efectiva la cobertura del tratamiento, la pareja cree que este es un importante paso para terminar con las discriminaciones que viven muchos pacientes en sus isapres, y destaca lo importante que es iniciar estos procesos ante las grandes empresas, si es que se cometió una injusticia.
“Hay una desesperanza con estos temas que es casi inherente en nosotros los chilenos. Las grandes empresas saben eso, que llegamos a un punto en que ya ni siquiera discutimos. Fíjate cómo cambia el trato cuando exiges lo justo, como lo que ha pasado con los recursos de protección por las alzas injustificadas de las isapres, más de un 90% son a favor del usuario”, cuenta. Además, asegura que, con una buena asesoría, siendo ordenado y cultivando la paciencia, el resultado de este proceso puede ser “tremendamente satisfactorio”.