La Corte de Apelaciones de Santiago confirmó el pago de indemnizaciones a familiares y víctimas directas del accidente provocado por la caída del avión de instrucción de Carabineros en un recinto deportivo de la comuna de Peñalolén, dejando un saldo de 13 personas muertas y una decena de heridos el 27 de febrero de 2008.

La aeronave era pilotada por el capitán e instructor de vuelo Luciano Castro, acompañado por su alumno, el teniente Sebastián Rodríguez, quien había obtenido su licencia el 13 de febrero del mismo año, ambos fallecidos en el accidente.

​En ese sentido, la corte indicó que Rodríguez tenía poca experiencia de vuelo, "registrando solo 53,6 horas a la fecha del accidente, lo que es concordante con el hecho de que hace poco más de un mes de la fecha del accidente había obtenido su licencia de piloto privado”.

Para el tribunal de alzada, "las causas más probables del accidente serían la falta de recursos disponibles, velocidad y altura, para que la tripulación pudiese enfrentar una condición crítica de vuelo, ante la eventual falla de un magneto durante la fase inicial de ascenso".

En ese sentido, la falla de ese magneto "no era catastrófica de por sí, de haberse manejado correctamente la emergencia por el piloto a cargo del vuelo de instrucción. Así las cosas, en este fatídico accidente, el factor humano resultó gravitante en el desenlace que lamentablemente tuvieron los hechos acaecidos el día 27 de febrero de 2008".

De esta forma y en fallo unánime, la Primera Sala del tribunal de alzada confirmó la sentencia que condenó al fisco a pagar indemnizaciones de hasta $300.000.000.

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