Las costas de Chile están plagadas de chatarra. Son más de 190 naves que están a la espera de ser removidas, destruidas o desmanteladas.
Mientras tanto, el óxido natural corroe las estructuras contaminando nuestra agua.
Algunos de estos barcos llevan más de 20 años abandonados, causando además de la contaminación, un peligro para los habitantes y una fuente de preocupación para los pescadores de nuestro país.
La Armada de Chile afirma que en un primer momento el desguace le pertenece a los dueños, en caso de no responder, el Estado debe hacerse cargo.