Autoridades de Australia y Nueva Zelanda realizan una operación conjunta de dos días para combatir la violencia generada por el consumo de alcohol.
Unos 1.000 uniformados serán desplegados en una campaña anual de la policía llamada "Operación Unida".
Hasta el momento han sido arrestadas unas cien personas.
Médicos en Sydney, la ciudad más poblada de Australia, dijeron que los hospitales no daban abasto con las heridas causadas por acciones relacionadas con el consumo de alcohol.
Una encuesta realizada a principios de este año reveló que cuatro de cada cinco ciudadanos sentía que la población tenía un problema con el alcohol y que se necesitaba hacer más para detener la violencia causada por su consumo.