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Crucifixiones en Siria: otro horror de la guerra civil

Las imágenes de dos hombres colgados de cruces en la localidad de Raqqa reviven esta forma de castigo ampliamente utilizado durante el Imperio Romano. BBC Mundo explica por qué reaparece esta forma de tortura.

24Horas.cl TVN

Sábado 10 de mayo de 2014

Impactantes imágenes salieron a la luz hace poco en Siria que muestran los cuerpos de dos hombres previamente ejecutados y luego colgados en cruces.

¿Por qué un castigo utilizado en la antigua Roma ahora se ha convertido en una nueva característica de la guerra civil en ese país?

Los muertos en las fotografías tenían los ojos vendados y sus brazos extendidos estaban atados a tablas de madera con una cuerda de color verde.

Una bandera envuelta alrededor de uno de los cadáveres ensangrentados decía: "Este hombre se enfrentó a los musulmanes y detonó un artefacto explosivo aquí".

Las fotos muestran a un puñado de personas -entre ellos menores de edad- viendo de cerca la escena mientras que otros civiles sencillamente siguen con sus actividades normales en la norteña ciudad de Raqqa, sin inmutarse por las personas crucificadas a pocos metros de distancia.

Los cadáveres permanecieron en exhibición en el centro de una rotonda durante dos días, según indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos con sede en Reino Unido. Un grupo yihadista, el Estado Islámico en Irak y el Levante (ISIS), se cree que ha sido el responsable de estas ejecuciones.

Al igual que en un caso similar en Raqqa el pasado mes de marzo, se cree que los hombres fueron ejecutados primero antes de ser crucificados y posteriormente mostrados en público.

Crucifixiones en Yemen

Amnistía Internacional también ha documentado un caso de crucifixión en Yemen en 2012, cuando un grupo islamista encontró a un joven de 28 años culpable de colocar dispositivos electrónicos en vehículos con el fin de permitir que aviones no tripulados estadounidenses rastrearan y mataran a sus ocupantes. El hombre también fue ejecutado primero y colgado en una cruz después.

Usama Hasan, erudito islámico e investigador de alto nivel de la Fundación Quilliam de Estudios Islámicos de Londres, dice que esta forma de castigo se debe a una muy literal o fundamentalista lectura del Corán.

El versículo 33 del capítulo cinco del libro de Surah dice: "De hecho, la pena para aquellos que hacen la guerra a Alá y a Su Enviado y se esfuerzan en la tierra (para causar) la corrupción deben ser muertos o crucificados o que sus manos y pies sean cortados de lados opuestos o que sean desterrados. Para ellos es una desgracia en este mundo. Para ellos es un gran castigo en la otra vida".

Pero Hasan dice que este pasaje no debe leerse de manera aislada. Para ello cita el siguiente verso que dice: "A excepción de los que regresan (arrepentidos) antes de que sean aprehendidos. Sabes que Alá es indulgente, misericordioso".

Los versículos del Corán que suenan muy duros siempre van seguidos de la opción de arrepentimiento y un "recordatorio de que Dios es en última instancia, indulgente y misericordioso", indica Hasan.

"Estos grupos tienden a ser muy duros y despiadados. Esa es la razón por la cual creemos que son extremadamente antiislámicos y muy lejos del espíritu del Islam".

En el Corán y la Biblia

Jesús fue crucificado por los romanos.

Para Hasan la crucifixión no tiene cabida en el mundo moderno y afirma que lo que ocurrió en Raqqa fue pensado como una advertencia a cualquiera que cuestiona la autoridad de ISIS.

Aunque la crucifixión es mencionada en el Corán, desempeña un papel más importante en la Biblia. Mientras que el Islam reconoce a Jesús como un profeta, no cree que fue crucificado, tal como indican los cristianos.

La crucifixión se convertió en una forma establecida de ejecución en el Imperio Romano mucho antes del nacimiento de Jesús.

"El ejemplo famoso es Espartaco", dice la profesora Mary Beard en referencia al esclavo romano y gladiador que murió el año 71 antes de Cristo tras liderar una revuelta de esclavos.

"Cuando Craso acaba con la rebelión de los esclavos se alinea la Vía Apia con crucifixiones", dice la profesora. Se estima que 6.000 de los seguidores de Espartaco fueron asesinados de esta manera.

"En la Roma republicana era una forma degradante de castigo", dice el profesor Barba, historiador clásico de la Universidad de Cambridge.

"Si usted es ciudadano romano no puede ser crucificado. San Pedro sí lo fue. En el martirio de Pedro y Pablo la diferencia es que Pablo es ciudadano romano y Pedro no".

Se cree que Pablo fue decapitado, una muerte más rápida y por lo tanto preferible.

Aunque hay referencias a crucifixiones cientos de años antes de los romanos, estas se refieren a otras formas de empalamiento: casos donde los delincuentes eran clavados de los árboles y otros sitios para dejarlos morir.

Castigo en Japón

La palabra latina "crux", que generalmente se traduce como "cruz", originalmente tenía un significado menos específico, en referencia a cualquier objeto en el que eran empaladas o ahorcadas las víctimas.

El emperador romano Constantino, de fe cristiana, prohibió la crucifixión en el siglo IV. Más de 1.000 años después, sin embargo, volvió a emerger como una manera de matar a los cristianos en Japón.

En 1597, 26 cristianos fueron crucificados en Nagasaki y en el siglo siguiente, cientos más fueron ejecutados de la misma forma.

"La razón por la que crucifican es no solo para matar a alguien, sino para humillar y advertir a otras personas", dice Timon Screech , profesor de la historia de Japón de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos en Londres.

"Hay descripciones donde el verdugo les deja colgados durante un par de horas o hasta el anochecer y luego los mata con una espada", dice.

El castigo comenzó a ser utilizado en contra de los no cristianos también. En 1651, unas 150 personas fueron crucificadas después de las revueltas contra el shogunato.

También hubo episodios en que los soldados japoneses crucificaron a personas durante la Segunda Guerra Mundial. El caso mejor documentado es el de tres prisioneros de guerra australianos que trabajaban en el ferrocarril entre Tailandia y Birmania y que fueron condenados a muerte por matar ganado. Atados a un árbol, sólo uno de ellos sobrevivió: Herbert James "Ringer" Edwards, quien se convirtió en la inspiración para el personaje de Joe Harman en la novela de Nevil Shute, "A Town Like Alice".

Hoy en día, un castigo denominado "crucifixión" todavía puede ser impuesto por tribunales de Arabia Saudita.

"Las crucifixiones tienen lugar después de la decapitación", dice Amnistía Internacional, que hace campaña contra todas las formas en que se aplica la pena de muerte.

"El cuerpo una vez decapitado es cosido de nuevo y se cuelga de un poste en público para servir como elemento de disuasión".

El palo es a veces, pero no siempre, en forma de una cruz.