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De los fusiles a los celulares: aquí comienzan los guerrilleros a convertirse en civiles

A pocos días de que se haga un importante anuncio sobre el proceso de paz entre el gobierno y las FARC, visitamos un Hogar de Paz en Colombia, donde quienes dejan la guerrilla inician su incorporación a la vida civil.

24horas Administrator

Lunes 21 de marzo de 2016

En la radio, en medio de sones de música popular, se cuela una voz de hombre, amena y firme a la vez, que invita con la frase: "Guerrillero, desmovilícese". Promete garantías y una vida mejor.

En el monte, en la jungla, algunos guerrilleros de las FARC escuchan en secreto la emisora del Ejército por la que ese mensaje es difundido.

No lo hacen por oír esas palabras, sino por la música (es estratégica la elección de esas canciones), violando una explícita prohibición del grupo rebelde .

Eso podría cambiar en los próximos meses, como producto de las negociaciones de paz entre el gobierno y la organización guerrillera.

El próximo miércoles 23 de marzo, en La Habana -donde se realizan los diálogos- se hará un anuncio importante, aunque no el acuerdo final, como se esperaba.

Cuando la negociación termine, miles de hombres y mujeres que militan en las filas de las FARC retornarán a la vida civil. ¿Cómo es ese proceso? BBC Mundo visitó uno de los hogares de paz donde algunos exguerrilleros ya están experientando esa difícil transición.

"Soy libre"

Nidia* era una de las guerrilleras que escuchaba la emisora del ejército en el monte. Se unió al grupo rebelde a los 14 años (alrededor de la mitad de los guerrilleros de las FARC desmovilizados en la última década habían sido reclutados como menores, de acuerdo con fuentes del Ejército).

"(Los mensajes de la radio) me quedaban en la mente, me llevaban a pensar muchas cosas, a cambiar la idea que tenía antes, me ayudaron a despertar la mente", le dice a BBC Mundo.

La ayudaron a decidir que ya no tenía que aguantar más una vida que no quería , en la que se sentía maltratada, en la que fue obligada a abortar cinco veces .

Ella, asegura, no tuvo la suerte de algunas mujeres, a las que sí les dejaban ser madres.

"El plan que tengo ahorita es formar mi hogar , tener a mi hijo, ya que allá nunca me lo permitieron", dice.

"No tengo que pensar que me lo van a impedir; ya soy libre de formar mi hogar".

Más de 29.000 desmovilizados

BBC Mundo la conoció un lugar que pocos saben —incluso entre colombianos— que existe: un Hogar de Paz.

La paz es algo en lo que vienen trabajando desde hace más de tres años el gobierno en negociaciones que se llevan a cabo en La Habana, con la intención de poner fin a medio siglo de conflicto interno.

De concretarse un acuerdo definitivo, tal vez en marzo de 2016, como anunció el presidente Juan Manuel Santos, el país se enfrentará con la enorme tarea de recibir en la vida civil a más de 6.000 miembros del grupo rebelde.

No es algo nuevo para Colombia: desde 2003, más de 29.000 hombres y mujeres han dejado la guerrilla , pero ha sido algo progresivo, voluntario e individual.

Todavía no está claro si una potencial desmovilización colectiva se implementará usando el mismo procedimiento que la individual, pero si así fuera los cinco Hogares de Paz actuales deberían multiplicarse para poder acoger a esos miles de guerrilleros.

Hoy la primera etapa en ese camino de reintegración, consiste en pasar entre dos y tres meses en uno de esos Hogares de Paz , administrados por el Ejército, desde donde luego pasan a vincularse con la civil Agencia Nacional para la Reintegración, donde ingresan en un programa ambulatorio que dura hasta seis años .

Puede resultar paradójico que la fuerza que combate a la guerrilla sea la que recibe a sus miembros al momento de la desmovilización y con quienes cumplen el inicio del recorrido hacia la vida civil.

Esto tiene que ver con un cambio en las prioridades de evaluación de éxito del plan de guerra contra las FARC. Hasta 2012 la prioridad era: muertos, capturados, desmovilizados. A partir de ese año el orden se invirtió.

"All inclusive"

Un día soleado, ideal para salir de Bogotá, BBC Mundo llegó a un Hogar de Paz en una zona rural al norte de la capital, donde 29 exguerrilleros (algunos junto a sus parejas y familias) estaban aprendiendo los rudimentos de la vida civil .

El lugar no es lo que uno esperaría. Parece un hotel; de hecho, lo era antes de convertirse en Hogar de Paz. Allí les proveen cama, comida, orientación y capacitación. "All inclusive ", le dijo a BBC Mundo un alto mando militar vinculado con el programa.

Desde el patio central, rodeado de bonitos edificios bajos, se aprecian los verdes cerros de la región, algo fría para algunos desmovilizados que llegan de zonas más cálidas.

En uno de esos edificios está Alexandra Castillo, psicóloga, una de las personas encargadas de acompañar el proceso de los exguerrilleros.

"Alrededor del 70 a 80% de las personas que están aquí no han tenido contacto con celular, con computador, con manejo de tarjetas y con muchas de las funciones normales que se manejan a nivel económico en la sociedad", explica.

WhatsApp, YouTube

Minutos antes le estaba mostrando a un grupo de desmovilizadas una tarjeta de débito, mientras les hablaba acerca del manejo del dinero.

En el monte, en la selva, prácticamente nadie tiene contacto con estas tecnologías hoy casi indispensables.

"Uno no sabe manejar un celular, por allá ni siquiera hay señal ", cuenta Luis Eduardo*, quien pasó 15 años con el grupo rebelde.

Ya fuera de las FARC los celulares se vuelven una preciada nueva posesión. A Luis Eduardo le dieron uno al desmovilizarse.

"Aprendí a manejarlo y ya tengo contacto diario con la familia , con los amigos; eso es una motivación muy grande para uno. Ya aprendí a manejar el WhatsApp, ya entro a YouTube".

En el Hogar de Paz también hay computadoras, en la que los exguerrilleros aprenden rudimentos de informática.

Allí comienzan a enseñarles, además, cómo encarar una entrevista de trabajo, cómo preparar una hoja de vida o currículum vitae.

Hay incluso aprendizajes más simples y básicos , necesarios también para la vida cotidiana fuera de las armas.

"Yo no sabía ni coger un bus, nada de eso", cuenta Nidia, "yo como vivía en una montaña nunca llegué a salir a un pueblo, vivía como si fuera un animal selvático".

También estaba acostumbrada a las prendas sueltas del uniforme guerrillero : pantalones y camisa camuflados, botas pantaneras de goma.

"Cuando recién salí me sentía incómoda con la ropa estrecha, se me hacía muy raro usar la ropa al cuerpo".

¿Ahora cuál prefiere? "Ésta, claro, la civil", asegura.

Miedos

Ni Luis Eduardo ni Nidia, ni otros desmovilizados con los que hablé en el Hogar de Paz dieron sus verdaderos nombres, tampoco quisieron ser retratados.

Es por miedo a represalias de las FARC, que no toleran las deserciones. También les dicen que si se entregan a las autoridades la pasarán mal.

"A uno le dicen que el Ejército lo captura, lo tortura… Que se expone a ir a la cárcel y se pudre en la cárcel el resto de sus años", cuenta Luis Eduardo.

Hasta el cambio del uniforme a la ropa civil es extraño para algunos guerrilleros que se desmovilizan.

Su experiencia al entregarse al Ejército fue opuesta a eso.

"Yo llegué y me dijeron bienvenido, me dieron un abrazo", recuerda.

Aunque existen reportes de que en los primeros días el ejército trata de sacarles información para hacer inteligencia, ninguna de las personas entrevistadas para este artículo lo mencionó.

Ahora, como a Nidia, le gustaría formar un hogar con su pareja, tener hijos.

"Y estudiar contabilidad".

Despedida

El camino en la vida civil no es sencillo para los desmovilizados: llegan en inferioridad de condiciones, se exponen a ser discriminados (en general ocultan su historia), no cuentan con una red social de contención.

Tampoco es fácil la despedida del Hogar de Paz, porque se establece un fuerte vínculo entre los exguerrilleros y los trabajadores del lugar.

El día en que BBC Mundo estuvo allí, un grupo de desmovilizados estaba dejando el lugar. En la despedida se mezclaban sonrisas, abrazos y buenos deseos.

Cerca de la puerta, mientras salía el bus con los exguerrilleros,una de las vigilantes del lugar lloraba .

*No son sus nombres reales.