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El “domingo inolvidable” en el que un presidente de Estados Unidos aterrizó en La Habana

La historia recordará que, un domingo por la tarde, un presidente de EE.UU. visitó la Cuba de un Castro. Te contamos cómo se vivió la histórica llegada de Barack Obama en las calles de La Habana.

24horas Administrator

Lunes 21 de marzo de 2016

Falta algo más de una hora para que Barack Obama aterrice en Cuba y Juan Montes hace fila para ingresar a Coppelia, la heladería más famosa de La Habana.

Lo más llamativo de él es que lleva una bandera de Estados Unidos en la mano y la extiende a todo el que lo saluda.

Este no fue un domingo normal para Juan ni para el resto de La Habana.

En taxis, restaurantes y calles habaneras casi todos hablan de la visita de Barack Obama, el primer presidente de Estados Unidos en pisar suelo cubano en 88 años.

La mayoría de las reacciones son de optimismo con algo de incertidumbre ante la nueva relación entre los dos países después de décadas de distanciamiento, fricciones y embargo.

"Es un domingo inolvidable. Debemos llegar a un acuerdo con ellos (EE.UU.) y que quiten el bloqueo. Eso mejoraría. El pueblo mejoraría", le dice Juan Montes a BBC Mundo.

Jubilado y optimista

Cuando la Revolución Cubana triunfó en 1959, Montes todavía iba a la escuela, pero recuerda bien cómo fue el ingreso de Fidel Castro y los "barbudos" guerrilleros a la capital cubana.

Juan trabajó toda su vida en fábricas de La Habana. Durante casi 50 años fue obrero.

Todo un proletario en la Cuba socialista.

Como muchos cubanos, en la década de los 70 pudo recibir un refrigerador y un auto gracias a la cooperación que el bloque socialista de Europa del Este brindaba a la isla.

Y cuando cayó el Muro de Berlín y la Unión Soviética se desintegró, conoció las privaciones y dificultades que en Cuba todavía se recuerdan como el "periodo especial".

 

Ahora contempla los cambios que de a poco se comienzan a sentir en la isla y cree que hay que girar el rumbo.

Por eso celebra la llegada de Barack Obama a la capital cubana con unos helados y la bandera de un país que durante décadas fue considerado el enemigo "imperialista".

"Debemos mejorar nuestro sistema de vida", dice sonriente.

Aterrizaje con wifi

En el momento en el que el avión Air Force One tocó suelo cubano, Omar seguía la transmisión desde su teléfono inteligente en una céntrica calle habanera.

Omar terminó la escuela secundaria el año pasado y ahora estudia para ingresar a la Universidad de La Habana.

A diferencia de Juan Montes, él no conoció la época de cooperación soviética y cuando Alemania se reunificó ni siquiera había nacido.

Y como muchos jóvenes de la isla, pasa varias tardes de la semana conectado a internet en los puntos de wifi públicos que se instalaron en más de 30 lugares de Cuba desde mediados del año pasado.

Hay algo que este joven sí comparte con Montes.

Omar celebra que la nueva relación de Cuba con Estados Unidos permita cambios visibles como la lenta pero significativa apertura de las telecomunicaciones en la isla.

La llegada del internet a Cuba fue uno de los temas en los que Obama hizo mayor énfasis en sus declaraciones públicas.

"La visita más importante"

En la misma calle donde Omar mira las fotos de la llegada de Obama se encuentraRoxana Rodríguez, de 20 años y con estudios en música.

Acaba de realizar una videollamada a sus familiares de Miami para avisarles que el viernes 25 irá a visitarlos.

 

Se perderá el concierto de los Rolling Stones que será justo ese día, pero para ella la visita más importante es la que se produjo este fin de semana.

"En primer lugar está la llegada de Obama", le responde a BBC Mundo ante la consulta de cuál considera que es la visita más importante en la historia de la isla.

En 1999 los reyes españoles Juan Carlos y Sofía junto a 21 jefes de gobierno fueron recibidos por Fidel Castro en la IX Cumbre Iberoamericana.

Pero los cubanos afirman que ni la monarquía de España ni todos los presidentes que llegaron aquella vez generaron tanta repercusión como la visita que Obama realizará hasta el martes.

No sólo hay afiches con el rostro de Obama en las calles de La Habana, también banderas estadounidenses flamean como nunca antes en casas y espacios públicos.

Y no es raro ver a muchachas cubanas con trajes que están inspirados en la insignia de EE.UU.

Este lunes el mandatario de Estados Unidos se encontrará con el presidente cubano, Raúl Castro, en la Plaza de la Revolución, justo frente a dos gigantes murales con los rostros de Ernesto "Che" Guevara y Camilo Cienfuegos, que en la isla son considerados héroes.

Además, toda la familia Obama está invitada a una cena en el mismo lugar desde donde Fidel Castro emitió algunos de sus más enardecidos discursos contra "el imperialismo yanqui".

La tormenta

Claro que no todo es entusiasmo y esperanza en las calles de La Habana.

En una muy soleada mañana, activistas contrarios al gobierno cubano y miembros del grupo Damas de blanco fueron reprimidos por efectivos policiales en el barrio de Miramar y se reportaron alrededor de 50 detenciones.

Como se repite cada domingo desde el año pasado, mujeres y hombres realizan una caminata con carteles contrarios al castrismo.

Esta vez las pancartas llevaban mensajes para el presidente estadounidense.

"Obama, viajar a Cuba no es divertido. No más violaciones de derechos humanos", se leía en uno de ellos.

Además grupos afines al gobierno vistiendo camisetas rojas se instalaron en las mismas calles por las que las Damas de blanco hacen sus recorridos dominicales.

A pesar de los pronósticos de tiempo que señalaban lo contrario, una torrencial lluvia cayó sobre La Habana después de las 17:00 (hora local).

Obama llegó media hora antes, cuando la tormenta apenas se insinuaba y resolvió el imprevisto con un paraguas con el que protegió a su esposa Michelle.

Hace varios días que no sucedía una lluvia caribeña como la del domingo y tomó por sorpresa a muchos que tuvieron que correr a buscar refugio por el aguacero.

Quizás era lo único que faltaba para cerrar este domingo inusual, tan inusual que era totalmente impensable hace apenas un par de años.