La policía de Midland, en Texas (EE.UU.) destruyó unas nueve toneladas de fuegos artificiales ilegales en una explosión controlada.
El proceso tomó nada menos que tres horas y media.
Se llevó a cabo durante el día porque, según la policía, "no tenía como objetivo ser una espectáculo de fuegos artificiales".
La mercadería fue confiscada por las autoridades federales y un tribunal ordenó destruirla.
Varios escuadrones de bombas de la policía de Texas participaron en el operativo.
Véalo en este video de BBC Mundo.