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Esta es otra sorprendente causa de la diabetes tipo 2 en la que quizás nunca habías pensado

En un amplio estudio que cruzó datos de 1,7 millones de personas observadas durante más de ocho años con cifras de la NASA y la EPA se vinculó esta enfermedad con la contaminación, pero ¿de qué manera puede afectar el aire a nuestra producción de insulina?

BBC Mundo

Martes 7 de agosto de 2018

La mala alimentación, la falta de ejercicio, la obesidad y hasta los genes son conocidos catalizadores de la diabetes tipo 2, pero ¿y el humo de carros y camiones?

Un equipo de la Universidad de Washington (Estados Unidos) realizó el más amplio estudio que se haya llevado hasta la fecha vinculando el CO2 y este tipo de enfermedad. Y además le puso cifras.

De acuerdo con el documento, publicado en la revista The Lancet Planetary Health, en 2016 un 14% de los casos de diabetes a nivel mundial estaban relacionados con partículas contaminantes del aire.

Esto son 3,2 millones de personas más con diabetes tipo 2 por contaminación atmosférica. Solo en Estados Unidos, señala el estudio, esta fue la causa de 150.000 nuevos casos en 2016.

Tubo de escape.
Getty Images
En Estados Unidos la principal de fuente de las partículas contaminantes PM2.5 es el humo de autos y camiones.

También en ese año se perdieron 8,2 millones de años de vida saludable por culpa de la diabetes vinculada a la contaminación, reveló el estudio.

"Nuestra investigación muestra un vínculo significativo entre la contaminación del aire y la diabetes en todo el mundo", señaló Ziyad Al Aly, profesor de medicina en la Universidad de Washington y autor principal del estudio a la revista científica.

Pero, ¿de dónde nace esta conexión?

Partículas diminutas

Los científicos examinaron una partículas llamadas PM2.5, de un tamaño 30 veces inferior al de un cabello humano. Son las que emiten la mayoría de fábricas en todo el mundo y las que emanan de autos y camiones de carga en Estados Unidos.

Su tamaño es precisamente lo que las hace más peligrosas. Cargadas de metales tóxicos, las PM2.5pueden penetrar fácilmente en los pulmones y de ahí entrar en el flujo sanguíneo. Allí puede pasar a diferentes órganos y causar su inflamación, una condición que favorece la resistencia a la insulina.

Mujer joven.
Getty Images
El páncreas es uno de los órganos más importantes para controlar el nivel de insulina en sangre.

Con el tiempo puede afectar al páncreas, que no consigue bombear suficiente insulina para compensar. Es entonces cuando aparece la diabetes.

"La exposición a los contaminantes del aire puede conducir a alteraciones importantes en el sistema nervioso, el estrés por oxidación, inflamación, al estrés del retículo endoplasmático, a la muerte celular programada y dar lugar a amplias alteraciones metabólicas en la homeosteasis de la glucosa y la insulina, incluidas la intolerancia a la glucosa y la menor sensibilidad a la insulina", dice el texto.

Las consecuencias de PM2.5 pueden ser mucho peores en países y ciudades con altos niveles de contaminación y donde no existen o se respetan los límites de emisión de CO2.

En México, las ciudades de Monterrey, Toluca, Salamanca, León, Irapuato, Silao, Puebla y la capital superan con creces los niveles de PM2.5 recomendados por la OMS, según muestra un informe de la institución de 2016.

Aérea de la Ciudad de México.
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La Ciudad de México es una de las ciudades más contaminadas de América Latina, según la OMS.

En el mundo hay 420 millones de personas con diabetes, la inmensa mayoría sufren la de tipo 2, según la OMS. En el caso de México el 14% de la población padece de esta enfermedad que es además la principal causa de muerte entre los mexicanos, según la misma organización.

El método

Hubo antes estudios que intentaron vincular la relación entre la contaminación y la diabetes de tipo 2 pero ninguno longitudinal como este.

Para llegar a sus conclusiones, los científicos examinaron a 1,7 millones de estadounidenses durante ocho años, periodo en el que controlaron su índice de masa corporal. Sus observaciones las cruzaron con los datos de las partículas halladas en el aire que recolectaron la Agencia estadounidense de Protección del Medioambiente (EPA) y la NASA.